Fue un tres de febrero durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas del Río, en 1939, cuando se dio la instrucción de crear el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organismo encargado de investigar, conservar, proteger y difundir el patrimonio cultural de México.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, señaló que durante estas ocho décadas el Instituto ha acompañado a la sociedad mexicana en profundas transformaciones de una manera “creativa, resiliente y comprometida con los grandes problemas nacionales”.
A lo largo de su historia, el INAH situó su representación federal en los distintos estados de la República para crear un vínculo con los gobiernos estatales, municipales y organizaciones sociales, y a su vez otorgarles facultades para realizar tareas sustantivas en cada uno de sus territorios.
En el caso de Chihuahua, el INAH comenzó sus trabajos formalmente en 1984, aunque fue desde 1958 que iniciaron las exploraciones arqueológicas en Paquimé, zona arqueológica que la Unesco ingresó a su lista de Patrimonio Mundial en 1998, y que hoy en día es uno de los distintivos arqueológicos de esta región.
Actualmente, el Centro INAH Chihuahua desarrolla distintos proyectos relacionados con el patrimonio arqueológico, arquitectónico, histórico, antropológico y paleontológico del estado de Chihuahua, y tiene a su cargo el Museo de la Revolución en la Frontera (Muref), el Museo de las Culturas del Norte, así como las zonas arqueológicas de Paquimé, Cueva de la Olla, 40 Casas, Huápoca y Cueva Grande.
Los trabajos arqueológicos más representativos llevados a cabo corresponden a Paquimé