«En primer lugar, el señor Macron tiene que retirar los insultos que hizo contra mí. Primero me llamó mentiroso y, después, por las informaciones que obtuve, dijo que nuestra soberanía en la Amazonía era un asunto abierto», afirmó el líder ultraderechista.
«Para conversar y aceptar cualquier cosa de Francia, que sea con las mejores intenciones posibles, él tendrá que retirar esas palabras y entonces podremos conversar», agregó.
Asimismo, Bolsonaro negó que Brasil rechazara la ayuda económica ofrecida por los países más industrializados del mundo, pese a las declaraciones de su Embajador en Francia.
Este martes, el Embajador Luis Fernando Serra rechazó una oferta de fondos de los miembros del G7 para ayudar a combatir los incendios en la selva amazónica por tratarse de «interferencia».
«Nos negamos porque vemos interferencia. Ayuda es lo que pedimos. La ayuda del G7 se decidió sin Brasil», aseguró Serra.
Ayer, Onyx Lorenzoni, jefe del Gabinete brasileño, rechazó también los fondos, además de criticar al Presidente francés, Emmanuel Macron, por el incendio recientemente ocurrido en la Catedral de Notre Dame, en Francia.
«Gracias, pero tal vez esos recursos son más relevantes para reforestar Europa», dijo Lorenzoni.
«¿Macron ni siquiera puede evitar un incendio predecible en un iglesia que forma parte del patrimonio mundial, y quiere darnos lecciones para nuestro país?», criticó.
El Presidente galo afirmó el viernes pasado que Francia no respaldará el acuerdo de libre comercio anunciado hace dos meses por la Unión Europea y el Mercosur, debido a que Bolsonaro supuestamente le mintió cuando dijo que Brasil cumpliría todos sus compromisos ambientales, lo que, en su opinión, fue puesto en duda por la multiplicación de los incendios en el Amazonas.
El lunes, en la entrevista que concedió tras la cumbre del G7 en Biarritz, Macron dijo que en algún momento habrá que discutir la posibilidad de darle un «estatus internacional» al Amazonas para impedir su destrucción o que un gobernante de algún país amazónico adoptara medidas contrarias al bienestar mundial.
La declaración fue interpretada en Brasil como una amenaza a la soberanía de los países amazónicos sobre la mayor selva tropical del mundo.