El mandatario rodeado de su escolta de seguridad y acompañado por funcionarios estatales inició su camino bajo rechiflas y demandas de los ciudadanos inconformes que acudieron al lugar.
El grupo con paso calmo se desplazó por la calle Libertad donde otros se acercaron a saludar al mandatario que lucía un traje gris y que algo parecía escapar a la vista; bajo el saco, otra prenda en tono gris parecía un simple chaleco que combinaba, se trataba de un ligero, pero seguro, chaleco antibalas, que fielmente hacía juego con todas las prendas para la ocasión.
Finalmente alcanzaron la puerta de palacio y el grupo continúo su camino hasta el despacho.