Un total de 59 mil 938 muertes relacionadas con la Covid-19 se registraron entre el 8 de diciembre de 2022 y el 12 de enero de 2023, informó en una rueda de prensa Jiao Yahui, jefa de la oficina de administración médica de la Comisión Nacional de Salud.
De estas muertes, 5 mil 503 fueron causadas directamente por insuficiencia respiratoria relacionada con la epidemia, señaló.
Además, 54 mil 435 fallecimientos se debieron a enfermedades subyacentes asociadas a Covid-19, según la misma fuente.
La media de edad de los fallecidos desde el 8 de diciembre fue de 80.3 años y el 90.1% tenían 65 años o más, según la Comisión de Salud.
Y más del 90% de los muertos padecían cáncer, enfermedades cardiacas o pulmonares o problemas de riñón, añadió Jiao Yahui.
La Comisión Nacional de Salud dijo que estos decesos se produjeron en hospitales, lo que dejó abierta la posibilidad de que hubiera más fallecimientos en viviendas particulares.
Pese a esto, la autoridad sanitaria dijo que el «pico de emergencia» del último brote parece haber pasado.
El punto álgido de la última oleada de contagios parece disminuir si se toma en cuenta el descenso en el número de pacientes que acuden a las clínicas de fiebre, aseguró Jiao Yahui.
La cifra de visitas diarias a este tipo de centros alcanzó su máximo de 2.9 millones personas el 23 de diciembre, y el jueves había bajado un 83% con apenas 477 mil casos, agregó la funcionaria.
«Estos datos muestran que el pico de emergencia nacional ha pasado», afirmó ante los medios.
Críticas de OMS por metodología
En diciembre, autoridades del país asiático revisaron su metodología para contabilizar las muertes de coronavirus y ahora solo se incluyen en las estadísticas las personas que murieron directamente de insuficiencia respiratoria relacionada con el padecimiento.
Este controvertido cambio de metodología significa que un gran número de muertes ya no se registran como debidas al Covid-19.
La última cifra de este sábado, que no tiene en cuenta los fallecimientos fuera del sistema hospitalario, está probablemente subestimada, pues la OMS ya había expresado varias veces sus dudas sobre los datos epidemiológicos de Pekin y consideró que son reportes «demasiado limitados».
«Seguimos pidiendo a China datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación más completa del virus en tiempo real», dijo en su momento el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La Organización Mundial de la Salud y otros Gobiernos pidieron más información a Beijing luego de los reportes de las autoridades municipales y provinciales sugiriesen que cientos de millones de personas podrían haber contraído el virus.
El Gobierno chino rechazó las críticas y pidió a la OMS que adoptara una postura «imparcial» sobre la Covid-19.
El miércoles pasado, las autoridades sanitarias chinas afirmaron que por el momento «no era necesario» centrarse en el número exacto de muertes relacionadas con el virus.
«La principal tarea durante la pandemia es tratar a los pacientes», afirmó el epidemiólogo Liang Wannian.
«Por el momento, no creo que sea necesario investigar la causa de cada caso individual», insistió el que también es jefe del grupo de expertos en Covid en China para la Comisión Nacional de Salud.
Liang Wannian también argumentó que no había consenso internacional sobre cómo clasificar una muerte relacionada con Covid.
«(Si) no se puede llegar a un consenso, cada país hará una clasificación según su propia situación», dijo.
China podría determinar las cifras de mortalidad examinando el exceso de mortalidad a posteriori, sugirió Wang Guiqiang, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Número 1 de la Universidad de Pekin.
Primer balance desde levantamiento de restricciones
Luego de tres años aplicando algunas de las medidas más draconianas del mundo, China levantó abruptamente la mayoría de sus disposiciones sanitarias contra el coronavirus a principios del mes pasado, tras protestas contra la severidad de estas disposiciones en varias ciudades del país.
Después, el Gobierno chino dejó de ofrecer datos sobre contagios y muertes por el coronavirus, aun con el repunte de las infecciones que comenzó en octubre y que llenó los hospitales de pacientes con fiebre y problemas para respirar.
En el punto álgido de la pandemia, China mantuvo la tasa de contagios y de mortalidad por debajo de la de Estados Unidos y otras naciones gracias a su estricto protocolo de «cero Covid», que pretendía aislar cada positivo.
Esto cerró los accesos a muchas ciudades, confinó a millones de personas en sus casas y provocó múltiples protestas.
Hasta el miércoles 11, solo se habían registrado 37 muertes relacionadas con Covid-19 en China desde diciembre de 2022, dentro de una población de mil 400 millones de habitantes.
Desde entonces el número de pacientes ha aumentado considerablemente.
Los hospitales se han visto desbordados por los pacientes ancianos y a los crematorios llega un gran número de cadáveres. Pese a ello, las autoridades solo habían informado hasta ahora de un pequeño número de muertes.
Con el repunte, Estados Unidos, Corea del Sur y otros países exigen de nuevo ahora que los viajeros procedentes de China presenten una prueba negativa al coronavirus, entre otros controles.
El Gobierno de China respondió a la medida el miércoles suspendiendo la emisión de nuevas visas a viajeros procedentes de Corea del Sur y Japón.