Las autoridades sanitarias de China tomaron la decisión de confinar a toda una ciudad debido a un brote de casos COVID-19 derivados de la variante Ómicron.
La ciudad de nueve millones de habitantes, registró un total de 47 casos, sin embargo a nivel nacional fueron 4 mil 770 casos positivos.
Las autoridades anunciaron que todos los pobladores deberán permanecer en sus casas y no podrán salir de ellas a menos que tengan un resultado negativo de 48 horas previas.
La estrategia de China consiste en limitar las actividades de las ciudades para evitar que los casos se propaguen, pues la variante Ómicron ha afectado duramente al país.