El análisis realizado por este organismo revela que Chihuahua fue el segundo estado que más avanzó en comparación con la edición anterior, pasando del puesto 12 al 8 en el ranking de competitividad.
El ICE evalúa el atractivo de las entidades en términos de formación de talento y atracción de inversiones, considerando las condiciones de vida y empleo que presentan.
Este índice se compone de 72 indicadores y 10 subíndices, que abarcan aspectos como el medio ambiente, la sociedad, el mercado laboral, la economía, la infraestructura, la apertura internacional y la innovación.
Con base en estos criterios, los estados se clasifican en seis niveles de competitividad y se evalúan diversas dimensiones y condiciones que sustentan su crecimiento y desarrollo.
En este contexto, el Nearshoring ha desempeñado un papel fundamental, ya que la reubicación de cadenas productivas por parte de empresas transnacionales está estrechamente vinculada con la competitividad, y se convierte en una oportunidad única para impulsar el crecimiento sostenible de los estados.
Chihuahua, en particular, es una de las entidades del norte de México que cuenta con las mejores condiciones para atraer inversiones relacionadas con este fenómeno, gracias a su sólida infraestructura logística y energética.