El también presidente de la consultora EnergeA afirmó que en el robo de combustibles participan los cárteles delincuenciales, por lo que el gobierno federal debe desmantelarlos y encarcelar a las “cabezas”, para poder definir o proclamar una victoria sobre este problema.
“Lo más importante es una etapa que todavía no se da en el combate al robo de combustibles, que es identificar y poder arrestar y procesar (a quienes están) detrás de todas estas organizaciones; además se sabe que el crimen organizado está metido en el asunto”, explicó.
En un estudio realizado el año pasado por la consultora EnergeA, se asegura que diversos cárteles delincuenciales, como el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, Los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación, participan en el robo, almacenamiento, distribución y expendio al público del combustible que obtienen ilegalmente de Pemex.
El producto hurtado no sólo es vendido en México, pues se tienen indicios de que, en el caso del crudo, es exportado a Estados Unidos por el Cártel Jalisco Nueva Generación, que lo enviaría a empresas refinadoras en Texas.
Sin mucha tecnología
El exdirector de Pemex reconoció que durante su gestión, entre 2006 y 2009, se registraron las primeras cifras de tomas clandestinas; sin embargo, admitió que la ignorancia sobre el tema, así como la falta de presupuesto y la tecnología adecuada generaron que no se pudiera erradicar el problema cuando éste apenas comenzaba a surgir.
“La intensidad, la gravedad del fenómeno ha aumentado de manera realmente abrupta y constante.
“Cuando estábamos en Pemex nos preocupábamos porque teníamos como unas 400 picaduras en el ducto en el año.
“Entre los principales obstáculos se encontraba la falta de tecnología, lo que hacía muy frágil nuestros sistemas de medición y de control remoto, de válvulas y de tubos”, describió Reyes Heroles.
“Pedíamos presupuesto para eso, pero no nos lo daban, o sea nos daban poquito, unas gotitas ahí, claramente insuficiente para poder fortalecer todo este tema”, detalló el funcionario federal en el sexenio de Ernesto Zedillo.
Al mismo tiempo comenzó el robo de pipas que no contaban con los sistemas de localización GPS, por lo que era relativamente sencillo para la delincuencia hacerse de las unidades, dando inicio al mercado negro, que entonces ya alcanzaba niveles importantes en el país.
“No había suficiente inteligencia, información sobre los posibles jugadores, los arquitectos detrás de ese fenómeno”, lamentó Jesús Reyes Heroles.
Información de Excélsior