En la misiva enviada en enero al presidente Andrés Manuel López Obrador, el exmandatario panista sostuvo que sus ingresos actuales son variables, lo que le genera incertidumbre, por lo que solicitó al Gobierno federal que le provea de protección.
«Entiendo también que, para algunos, los expresidentes debemos contratar por nuestra cuenta tal protección. Es posible que algunos expresidentes estén en una situación de solvencia económica que no tengan ningún problema para hacerlo. No es mi caso», indicó.
«Contrario a lo que pudiera decirse, nunca robé ni me enriquecí en el desempeño del cargo, y mis ingresos actuales, que son variables e inciertos, no me permiten pagar los servicios de seguridad que, dada la dimensión del riesgo, mi familia y yo requerimos».
A raíz de la carta, el Gobierno federal asignó a Calderón 12 elementos de seguridad.
El expresidente arguyó que, durante el desempeño de su cargo, fue objeto de amenazas tras haber emprendido la tarea de recuperar la seguridad.
Advirtió que, con la decisión de retirar toda la protección a los exmandatarios, su familia quedó vulnerable ante los grupos que su Gobierno combatió.
«Como sabe, tengo hijos y, al igual que usted, uno de ellos menor de edad. Es cierto que las convicciones propias nos llevan a algunos a asumir en lo personal cualquier consecuencia derivada del cumplimiento del deber. Pero es terriblemente injusto que los hijos, las personas que más se quiere, queden en estado de indefensión por razones políticas completamente ajenas a su voluntad», señaló Calderón.
«Le pido de manera atenta y respetuosa que autorice a quien corresponda el que se restituya a mi familia un nivel mínimo de protección, acorde a los riesgos generados por el desempeño de tareas sensibles en materia de Seguridad en el cumplimiento del cargo de presidente de la República», demandó Calderón.