El año pasado, por ejemplo, la producción de este residuo contaminante promedió 260 mil 285 barriles por día (bpd), superando la de gasolinas de 252 mil 203 bpd. El combustóleo se usa principalmente para generación eléctrica y procesos industriales.
«Las refinerías son activos muy costosos e importantes para la autosuficiencia energética», afirmó Jorge Islas, coordinador en materia energética de Sheinbaum, favorita para ganar la presidencia en junio según sondeos.
El físico y doctor en economía dijo en una entrevista con Reuters que existe la posibilidad de construir una unidad nueva de coquefacción en la refinería de Salamanca, que procesa al 53 por ciento de su capacidad y está ubicada en el estado Guanajuato, así como de modernizar unidades similares en otras refinerías para reducir la producción de combustóleo y subir la de combustibles limpios para el mercado local.
Las unidades de coquefacción o coquizadoras procesan los hidrocarburos más pesados que salen de las torres de destilación de una refinería y los convierten en productos de mayor valor, incluyendo combustibles de motor.
Bajo el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, Pemex ha invertido miles de millones de dólares para rehabilitar sus obsoletas refinerías y construir una nueva (Olmeca) que estaría por iniciar producción, con la idea de hacer al país menos dependiente de las importaciones de gasolinas y diesel.
Pemex ha dicho que espera la entrada en operación de dos nuevas coquizadoras entre este año y el próximo.
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La estatal tiene seis refinerías locales en operación con capacidad conjunta para procesar 1.6 millón de bpd. En el primer bimestre procesaron en promedio 945 mil bpd, muy por encima de los 612 mil bpd del 2018, al final del gobierno previo. La unidad de refinación de la petrolera ha registrado pérdidas recurrentes durante lustros.
Ante la entrada en operación de la refinería Olmeca este año, Pemex pidió a su unidad comercial PMI recortar en 436 mil bpd su exportaciones de crudo de este mes. El Gobierno planea seguir reduciendo sus exportaciones -de unos 945 mil bpd en el primer bimestre- para alimentar sus propias refinerías.
Islas reiteró que según el plan de Sheinbaum la producción del país se mantendría en unos 1.8 millón de bpd de petróleo y condensados, usando como premisas que no se esperan grandes hallazgos de reservas y que México busca caminar hacia la transición energética.
«Cada vez se descubren reservas más pequeñas, a mayor profundidad, con costos más elevados», agregó Islas, al prever que Sheinbaum, tal como López Obrador, declinará acometer nuevos proyectos en aguas profundas del Golfo de México.
«Lo que se está pensando es en transición energética de fósiles a renovables. Mantener una plataforma de producción de hidrocarburos fija, darle mejor uso a la energía y la nueva demanda cubrirla con energías renovables», dijo. Sheinbaum ha dicho que en su administración esas energías serían «un sello».
López Obrador había prometido que bajo su gestión se alcanzaría la total «soberanía energética», pero a meses de que deje el cargo el 1 de octubre las metas lucen complejas de alcanzar, aunque las importaciones de petrolíferos se han reducido y las refinerías han mejorado su desempeño.
Consultado sobre las finanzas de Pemex, que tiene una deuda financiera de 106 mil 100 millones de dólares, Islas consideró que un gobierno de Sheinbaum buscaría «esquemas de ayuda» y «mejores opciones» para seguir apoyando a la estatal.
«Pero el respaldo no puede ser eterno y la empresa debe mejorar, mostrarlo y rendir cuentas», dijo.
Pemex ha recibido en los últimos años más de 90 mil millones de dólares en «ayudas» que van desde inyecciones de capital y créditos fiscales hasta reducciones tributarias para que pueda pagar deudas y fondear sus operaciones.