México, un importante productor de cobre y plata, alberga grandes reservas potenciales de litio. La mayor parte se encuentra en depósitos de arcilla difíciles de explotar, que son costosos y técnicamente complicados de extraer.
Después de anunciar la posibilidad de establecer un monopolio estatal del litio a finales del año pasado, el senador Alejandro Armenta, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta y aliado clave del Presidente Andrés Manuel López Obrador, indicó que en su lugar elaborará un proyecto de ley para promover un mercado regulado en el naciente sector.
«Estamos convencidos que necesitamos la inversión privada, somos aliados de los inversionistas nacionalistas y también de los inversionistas extranjeros que nos respetan», dijo Armenta, en una entrevista con Reuters, atribuyendo su nueva postura a haber estudiado los marcos regulatorios en otros países.
El legislador sostuvo que un proyecto de ley sobre el litio favorable al mercado será presentado en septiembre con el inicio de un nuevo periodo legislativo, tras las elecciones intermedias del 6 de junio, que renovarán la Cámara de Diputados.
El nacionalista Presidente de México, partidario de la rectoría del Estado en los mercados energéticos, afirmó en marzo que su administración estaba analizando la posibilidad de asumir una mayor presencia en el litio, pero no entró en detalles.
En las últimas semanas, ha surgido un mensaje más amigable con las empresas por parte de funcionarios y candidatos del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), tras los enfrentamientos de López Obrador con las élites empresariales.
La Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, declaró a la radio local el mes pasado que el Gobierno estaba considerando una asociación público-privada para desarrollar el litio.
Sugirió que el Estado podría tener una participación del 51 por ciento, un esquema que Armenta también apoya.
En el sector energético, las grandes petroleras privadas han preferido en su mayoría evitar alianzas con el gigante petrolero estatal Pemex, si la empresa es la operadora de los proyectos conjuntos. No estaba claro si los inversionistas en litio reaccionarían de forma similar.
La creciente demanda del metal ha impulsado una lucha mundial por asegurar el suministro y el desarrollo de las riquezas de litio de México podría ayudar a diversificar las fuentes globales actualmente concentradas en unos pocos países, liderados por Australia y Chile.
Los productores de litio están buscando aumentar agresivamente la producción. El gigante mundial Albemarle espera duplicar la capacidad este año, y su rival SQM prevé elevar los volúmenes de carbonato de litio en más del 70 por ciento en 2021.
El litio es producido a partir de salmueras, que se encuentran comúnmente en América del Sur, o de roca dura, generalmente en Australia, con tecnologías de extracción que se limitan en gran medida a estanques de evaporación salina y procesamiento tradicional de minerales.
Las salmueras salinas ricas en litio representan aproximadamente las tres cuartas partes de la producción mundial, y la minería de rocas representa el resto.
Los depósitos mexicanos encontrados hasta la fecha, sin embargo, están en su mayoría atrapados en sedimentos arcillosos.
Esa distribución es la razón por la que Fernando Alanís, ex director general de la minera de plata Peñoles, es poco optimista sobre el potencial de México para convertirse en un nuevo protagonista de la industria global.
«Desgraciadamente, el potencial que tiene México es nulo porque no existe un proceso comercial para poder procesar el litio de arcillas, y estoy hablando al nivel mundial», se lamentó Alanís, quien en su papel de presidente de la Cámara Minera de México es normalmente un impulsor de la industria.
Se están desarrollando varios proyectos de arcilla de litio en otros lugares, incluido uno de Lithium Americas, en Nevada. La empresa dijo que confía en poder extraer litio de la arcilla mediante un proceso que implica lixiviación ácida.
El principal prospector mexicano Bacanora Lithium, que posee cuatro concesiones en el Estado de Sonora, ha asegurado estar cerca de iniciar la producción. En 2018, pronosticó una producción de 17 mil 500 toneladas de carbonato de litio para 2020.
El objetivo ha sufrido retrasos y la estimación actual de la empresa es que la producción comenzará en 2023 y aumentará hasta 35 mil toneladas anuales. Si se logra, su único proyecto catapultaría a México a convertirse en uno de los mayores productores del mundo.
La producción mundial se situó en unas 82 mil toneladas el año pasado, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Los retrasos de Bacanora no han frenado las apuestas sobre la empresa, que vio cómo sus acciones en Londres se dispararon un 30 por ciento a principios de mayo después de que la china Ganfeng Lithium, un importante fabricante de baterías y proveedor de Tesla, ofreciera adquirir el total de la compañía.
Bacanora se negó a comentar sobre cómo pretende procesar el depósito de litio a base de arcilla en Sonora o dar su opinión sobre la nueva propuesta legislativa de Armenta.