Tras un empate sin goles en los 90 minutos reglamentarios ante un rival con 10 hombres, la Canarinha se impuso 4-3 ante Paraguay en la definición por penales para avanzar a su primera semifinal del torneo desde 2007.
Gabriel Jesús se encargó de ejecutar el penal decisivo en una fría noche la Arena de Gremio en Porto Alegre, y no falló luego que el paraguayo Derlis González malogró el suyo con un disparo desviado.
El arquero brasileño Alisson Becker también tapó el remate de Gustavo Gómez al iniciar la tanda, pero los guaraníes revivieron cuando Roberto Firmino remató afuera.
Gabriel Jesús erró un penal en los minutos finales de la paliza 5-0 que Brasil le propinó a Perú en el cierre de la fase de grupos, pero anidó el balón en las redes con mucho temple mientras el arquero uruguayo Junior Fernández se tiraba hacia el otro lado.
«Me tenía fe, sabía que si cobraba el penal como estoy acostumbrado, iba a meterlo”, dijo Gabriel Jesús. “Quedé enojado tras el previo partido porque no lo hice con mi estilo habitual. Esta vez esperé a que el arquero se moviera y rematé hacia el otro lado”.
Willian, Marquinhos y Philippe Coutinho también facturaron sus penales por Brasil, mientras que Miguel Almirón, Bruno Valdez y Juan Rodrigo Rojas transformaron los suyos para Paraguay.
Los penales habían sido la cruz de Brasil en las dos ocasiones previas que enfrentó a la Albirroja en la instancia de cuartos de final de la Copa América. Capituló tanto en 2011 como en 2015, sin acertar ninguno en la primera oportunidad. Un día antes, Tite reconoció que le tiene pavor a esas definiciones y que desearía otro tipo de métodos para quebrar igualdades.
En un estadio en el sur del país que no se llenó, el local sufrió al máximo por su falta de pegada ante un adversario que jugó con inferioridad numérica desde los 58 minutos por la expulsión del zaguero Fabián Balbuena con roja directa.
En busca de su noveno título continental y primero desde 2007, Brasil quedó a la espera del ganador del duelo entre Argentina y Venezuela el viernes en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Jugará su semifinal el próximo martes en Belo Horizonte.
Otro partido de dominio absoluto brasileño con el balón, pero que se le hizo espeso para hilvanar jugadas de peligro ante un fastidioso contrincante
La expulsión de Balbuena, decretada tras la intervención del videoarbitraje para señalar una falta que cortó el avance de Firmino hacia el arco, tuvo la consecuencia de que Paraguay se agazapara más de lo que había hecho hasta entonces.
Y el equipo de Eduardo Berizzo resistió con todas sus pertrechos disponibles, persignándose a las manos de su arquero Junior Fernández, la falta de acierto de los ansiosos dueños de casa y hasta un poste que escupió un disparo de Wilian al filo de los 90.
“Creo que la muestra de carácter del equipo es para sentirse orgulloso”, dijo el argentino Berizzo. “Los penales podrían habernos premiado con un triunfo heroico y maravilloso pero eso no contamina la gran actuación que tuvieron mis jugadores”.
Los minutos finales fueron de angustia total, con Brasil volcado en busca de liquidar a su rival para no ir a los penales. El el delantero Everton, jugando en el estadio de su club Gremio, se perdió dos buenas ocasiones al final con un cabezazo y luego con un disparo por encima del travesaño
Berizzo recurrió al viejo libreto defensivo: plantó un bloque de cinco hombres en el fondo, y no puso a nadie como delantero nato. Para atacar, las opciones quedaron en la velocidad de Almirón y González, ambos gravitando por los extremos.
Las imprecisiones brasileñas en el último cuarto de cancha marcaron la tónica en un partido que no se le presentó tan expedito como la goleada 5-0 ante Perú en el cierre de la fase de grupos, uno que liquidó en cosa de 20 minutos. El técnico Tite repetió al mismo equipo, salvo el ingreso de Allan por el suspendido Casemiro en la zona de contención.
Pese al monopolio de la posesión por parte del anfitrión, la Albirroja tuvo la ocasión más clara del primer tiempo, propiciando una sensacional intervención de Alisson. A un centro de Hernán Pérez al segundo palo, González se encontró en soledad para un remate que el portero del Liverpool rechazó milagrosamente.
Y los minutos empezaron a transcurrir con crecientes indicios de desesperación del local ante unos paraguayos muy a gusto con su rústico pero efectivo planteamiento.
Se hace evidente que la ausencia del lesionado Neymar pesa mucho en Brasil. Y el astro lo constató en vivo al presenciar el partido desde una tribuna preferencial.
Con poco espacio para maniobrar, quedó en evidencia el gran defecto brasileño: no hay imaginación creativa, una alarmante desconexión entre Arthur y Coutinho en el medio con los hombres de ataque. Fue el segundo partido de la copa en el que Brasil no pudo anotar a un rival: no pasó del 0-0 ante Venezuela en la fase previa.