“¡Los demócratas quieren fronteras abiertas y crimen! Tan peligroso para nuestro país. ¡Pero estamos construyendo un muro grande, hermoso y nuevo!. Protegeré a América, ¡los demócratas no saben por dónde empezar!”, escribió en su Twitter el republicano el pasado 19 de agosto junto a tres imágenes.
La primera imagen muestra la muralla de acero en medio del desierto, y bajo ella indica que se trata de la zona de Santa Teresa, Nuevo México, mientras las otras dos fotografías pertenecen a la frontera de San Diego, California.
Ayer, el presidente estadounidense volvió a hacer referencia al muro en medio del desierto con un video que lo muestra entre el desierto y la leyenda “¡El muro está subiendo muy rápido a pesar de la obstrucción total de los demócratas en el Congreso y en otros lugares!”.
Durante un recorrido realizado por El Diario de Juárez ayer entre el desierto de Juárez y Ascensión, a más de 108 kilómetros entre carretera y terracería, del Puente Internacional Paso del Norte-Santa Fe, se encontró el punto donde se encuentran actualmente trabajando los estadounidenses.
A la altura del marcador 306, los trabajadores se preparan para continuar con el reemplazo de las llamadas barreras primarias o bolardos de vehículos que consisten en barreras de acero de aproximadamente un metro de altura, colocadas en forma de cruz, para evitar el cruce vehicular.
De acuerdo con lo informado por la Patrulla Fronteriza, estas barreras serán reemplazadas por los barrotes sobre los que es colocada una placa de acero, para alcanzar un total de casi seis metros de altura.
El anuncio la construcción anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) el pasado 26 de abril, consta de 74 kilómetros de barreras de acero entre el condado de Doña Ana, Puerto Palomas y el condado de Luna.
El proyecto se adjudicó a SLSCO Ltd. por un monto de 789 millones de dólares y de acuerdo a la DHS en abril pasado los trabajos se realizarán “en lugar de diseños en mal estado y obsoletos, además de la construcción y mejora de carreteras y la instalación de iluminación”.
“Estas exenciones están de acuerdo con la autoridad otorgada al Secretario de Seguridad Nacional por el Congreso y cubren una variedad de leyes ambientales, de recursos naturales y de gestión de la tierra (…) Si bien las exenciones eliminan la obligación de DHS de cumplir con varias leyes con respecto a los proyectos cubiertos, DHS sigue comprometido con la administración ambiental”, se aseguró.
Durante el recorrido para llegar a la zona donde van los trabajos del muro se observaron liebres, coyotes y un jabalí en medio del desierto.
En la zona de construcción trabajadores dijeron no poder dar ningún tipo de información, pero se observaron decenas de barrotes de acero unidos para ser colocados en bloques, en la zona donde actualmente permanecen los bolardos.
El nuevo muro en el desierto de Ascensión será la continuación a la barrera de 32 kilómetros levantados en la zona de Santa Teresa, Nuevo México, frontera con el ejido Jerónimo, que según los términos del proyecto debió terminar antes del 16 de febrero pasado, con un costo de 73 millones de dólares.
En abril pasado también se anunció la construcción de 8.8 kilómetros en Yuma, la cual se adjudicó a la empresa Barnard Construction por aproximadamente 187 millones de dólares.
Se argumentó que los sectores de Yuma y El Paso son áreas de alto ingreso ilegal y están experimentando un gran número de individuos y narcóticos que se introducen de contrabando ilegalmente en el país, por lo que la construcción de infraestructura fronteriza dentro de estas áreas del proyecto apoyará la capacidad del DHS para impedir y negar los cruces ilegales de la frontera y las actividades de tráfico de drogas y de personas de organizaciones criminales transnacionales.
Juárez ya cuenta con tres zonas de muro fronterizo del mismo tipo, los primeros dos kilómetros comenzaron a ser construidos en junio de 2016, durante la administración de Barack Obama.
La segunda fue la construida en el ejido Jerónimo, frontera con Santa Teresa y la tercera comenzó a levantarse el 22 de septiembre del año pasado, en El Paso, Texas.
Se trata de 6.4 kilómetros de una muralla de 5.48 metros de altura a lo largo del río Bravo, desde la calle Plata hasta la Plaza de la Mexicanidad, con una inversión de 22 millones de dólares.
Dicho muro fue utilizado hace unos meses en los discursos de Trump para asegurar que con ella disminuyó la violencia en El Paso, lo cual ha sido refutado por organizaciones estadounidenses, ya que antes del tiroteo de racista en el que un estadounidense terminó con la vida de 22 personas y dejó heridas a 24 más, la vecina ciudad era considerada una de las más seguras de Estados Unidos.