Según anunció el canciller Sebastian Kurz, la estrategia de salida comenzará a aplicarse a partir del próximo día 14 con la apertura de los comercios de menos de 400 metros cuadrados y siempre que se respeten unas mínimas medidas de control, entre ellas que sólo haya un cliente por cada 20 metros cuadrados y que todos, sin excepción, lleven mascarillas.
Si la norma funciona, el resto de los comercios podrán abrir sus puertas a partir del 1 de mayo. Los hoteles, restaurantes, salones de belleza, deberán esperar, entre otros negocios, a mediados de mes. Cines, teatros y cualquier cita que congregue a un importante número de personas seguirán en contrapartida cerrados.
Como mínimo hasta finales de junio. Kurz adelantó también en rueda de prensa la hoja de ruta que seguirá el Gobierno para reactivar paulatinamente la actividad.
El levantamiento de ciertas restricciones no supondrá la vuelta a la normalidad, en tanto que la pandemia siga activa.
Austria ha computado hasta el momento 12.000 casos de coronavirus y 220 fallecidos, pero la curva ha mostrado una marcada tendencia a la baja, de ahí que el Gobierno haya decidido aflojar el confinamiento decretado el pasado 16 de marzo. Aun así, Kurz ha pedido a la población limitar el movimiento a lo estrictamente necesario y reducir al máximo el contacto social, especialmente en estos días de Semana Santa.
«Quiero pedir a las austriacas y austriacos que respeten de forma disciplinada estas medidas. Si no lo hacemos, entonces será imposible poner en marcha este ambicioso plan para salir de la crisis», afirmó Sebastian Kurz en una rueda de prensa a la que acudió sin mascarilla, aunque resguardado por una pantalla de protección. «Hemos salvado vidas juntos, y hemos creado las condiciones para reactivar la economía de forma más rápida y mejor que otros países.