El camino sinuoso con pronunciadas pendientes y un arbolado de pinos, encinos, madroños y tascates, es ideal para los amantes de las cuatrimotos y razers que acamparan en el Río Nabogame, en donde los esperan con una delciosa comida y un gran ambiente de camadería propio de los ruteros de la sierra y el barranco.
En Nabogame se estableció la más antigua de las misiones Jesuitas en la región de Guadalupe y Calvo en donde aún prevalece su hermosa y casi tricentenaria iglesia de enormes paredes de adobe, con un techado bellamente labrado en enormes y pesadas vigas de madera que han prevalecido por cerca de 300 años, en su altar resaltan tanto en la parte de atrás como a los lados antiguas imágenes de santos que al parecer datan de cerca del año 1930.
Su antiquisimo púlpito, confesionario y fuente bautizmal la convierten en un invaluable patrimonio que debe ser rescatado como testimonio histórico de la presencia Jesuita en la region ya que dicha iglesia fue iniciada su construcción por el padre Miguel Wiyts en 1744.
A dicha región llegó el padre Italiano Benito Rinaldini quien estudió y rescató la lengua tepehuana creando un vocabulario, confecionario y catecismo, trabajo que fue reconicido en 1743 en toda la Nueva España.
Ricardo Delgadillo y su servidor agradecemos la invitacion a acompañarlos en la ruta de parte de Jesús Olivas y Chombis Martinez, también la atención en Nabogame del Gobernador Indigena Jose Tomas Valenzuela, del Director del Tele Bachillerato Profr. Manuel Solis y del anfitrión José Manuel Benitez. Sin duda el ambiente en la ruta estubo a cargo de Chuy «El Loqueron» de Culiacán que ya son varias veces que nos visita en Gpe y Calvo con los ruteros de Sinaloa.