El presente ciclo agrícola fue azotado por una intensa sequía que acompañada del calor provocó la falta de humedad adecuada que se requiere para que las plantaciones crecieran y dieran frutos, por eso en algunas regiones del suroeste de la entidad se reportaron pocas cosechas, sobre todo en los cultivos de chile, tomate, cebolla y otras hortalizas propias de la temporada.
Guerrero Morales, quien es maestro de la facultad que pertenece a la División de Estudios sobre Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria, agregó que este fenómeno climatológico afectó principalmente a las huertas nogaleras, las cuales para conservar su fruto en el árbol requieren de mucha agua, incluso muchas de ellas abortaron el producto por la falta del vital líquido.
“Lo mismo sucedió con las altas temperaturas, las intensidades de los rayos del sol hicieron lo propio y afectaron las plantas, que por cierto algunos lineamientos del Modelo Educativo Renovación UACH-DS, contempla realizar otras investigaciones para analizar a detalle el impacto que se produjo tanto al ecosistema como a los cultivos en este año”, señaló el investigador de la UACH.
Y es que de manera natural la luz solar al incrementar sus reflejos, por obviedad hace que aumente la temperatura corporal de los cultivos, y cuando eso sucede, la planta necesita transpirar y requiere de más agua que al no tenerla se empieza a marchitar, por eso se dice que este año atípico fue una temporada de pérdidas para los productores del campo, refirió el especialista en el área de fertilidad de suelos, cultivos y agricultura orgánica de la UACH.
Las actuales precipitaciones pluviales que se presentan en la entidad llegaron tarde, sin embargo, para quienes se dedican a los trabajos del campo representa la esperanza de que para el próximo año agrícola se recuperen, finalizó el Dr. Guerrero Morales.