Sin embargo, un grupo de científicos busca preservar la especie a través de la clonación.
José Buendía invitó a su programa Opiniones Encontradas de Excélsior TV a Jorge Rickards, director de WWF México, una ONG, y a Miguel Canseco, miembro del comité de comunicación de la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos, A.C (AMHMAR), en donde explicaron que pronto realizarán una travesía en San Felipe y Ensenada Baja California, así como del Golfo de Santa Clara, Sonora para tratar de localizar a vaquitas marinas machos.
El objetivo será obtener muestras de ADN que puedan unirse a las que tienen en dos vaquitas marinas hembra que están congeladas en el Frozen Zoo, para conseguir una eventual clonación de la especie.
“Estamos contra reloj y depende, de entrada, evitar su extinción, de conseguir un ejemplar macho y un ejemplar macho en buen estado para poder obtener la parte que falta de la genética. El ADN que se necesita”, dijo Canseco.
Sin embargo, los especialistas advirtieron que, si el Estado mexicano no resuelve la problemática social, como las condiciones de pobreza que enfrentan los pescadores o el tráfico ilegal de especies, por más que logren conseguir clonar nuevos ejemplares, será imposible regresarlos o hacer una reintroducción de la vaquita marina a su hábitat natural y tendrán que vivir en lugares preservados.
La vaquita marina es uno de los mamíferos más amenazados en el mundo pues se enredan en las redes de los cazadores furtivos de totoaba (pez popular en China porque su buche tiene altas atribuciones afrodisiacas y llega a costar hasta 100 mil dólares), y mueren. Rikards señaló que nadie quiere matar a la vaquita, sin embargo, es una víctima colateral del tráfico de especies.