Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), describió que el hongo emergente se está propagando a un ritmo alarmante en los hospitales de EE.UU. y es potencialmente mortal.
Los datos evaluados muestran que ha ido creciendo exponencialmente, pues en 2021 registraron el triple de los que tuvieron en 2019.
En 2022 fueron al menos 2 mil 377 casos, afectando a por lo menos 25 estados de EE.UU. (la mitad), principalmente a Nevada, California, Florida, Nueva York, Illinois y Texas.
Sobre lo que ocurre, los CDC han descrito como causas la pobre aplicación de protocolos para prevenir y controlar infecciones en centros de salud.
Para ello es necesario también identificar personas que tengan síntomas o que pudieran incluso tener el hongo sin mostrar síntomas.
“El momento en que se incrementaron (los casos) y los descubrimientos de investigadores del sistema de salud público sugieren que el brote de C. auris habría empeorado debido a una cepa en los sistemas de salud públicos durante la pandemia de COVID-19”, sostienen los CDC.
Cabe mencionar que tras la pandemia, el colapso hospitalario ha propiciado brotes de hongos.
Así sucedió con el “hongo negro” por un breve periodo, el cual es muy raro pero está asociado a tratamientos con esteroides que debilitan las defensas (usados para pacientes muy graves de COVID-19).