Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Brasil, Israel, entre otros países restringieron los vuelos procedentes del sur de África, luego de que descubrieron la nueva variante Omicron en Sudáfrica.
Botsuana, Hong Kong y Bélgica son los países donde detectaron sus primeros casos.
La alerta se centra en el hecho de que la ola de COVID-19 con la variante Delta (la más contagiosa hasta ahora) golpeaba a Sudáfrica y era dominante, pero repentinamente comenzaron a ver nuevo repunte en diferentes regiones con una nueva versión del virus.
La variante era B.1.1.529 pero la OMS sostuvo reunión de emergencia y determinaron que era una “variante de preocupación”, la mayor clasificación de riesgo, y le asignaron como nombre una letra griega: Omicron.
Científicos sudafricanos describieron como “horrible” la nueva variante, pues tiene más mutaciones que Delta y otras formas del coronavirus, con la preocupación de lo rápido que apareció, por lo que temen que efectivamente sea peor que Delta.
La OMS emitió comunicado donde observan que la variante muestra mayor riesgo de reinfección, es decir, que podría enfermar a quienes ya superaron la enfermedad pandémica.
El primer caso que detectaron en Europa fue en Bélgica, por una joven mujer no vacunada que llegó el 11 de noviembre tras viajar a Egipto, aunque autoridades egipcias todavía no detectan esa mutación del virus. Por tanto tomaron como medida restringir vuelos desde y hacia Sudáfrica y otros países del sur del continente.
Omicron presenta 32 mutaciones en la proteína de pico (spike), la clave del virus para adherirse e infectar células humanas.
También cuenta con diez mutaciones en el “dominio de unión del receptor” que permite el ingreso del virus a células.
Los mercados reaccionaron. En Estados Unidos el Dow Jones cayó más de 2.5% en la bolsa.