El Departamento del Trabajo de Estados Unidos publicó el informe con los datos de la inflación que creció en mayo para ubicarse en 8.6%, a pesar de que en abril se había moderado.
Los principales motores del incremento generalizado de precios son los valores de los alimentos y de la energía que en el último año han subido 10 y 34 por ciento, respectivamente.
Los mercados reaccionaron a la noticia y comenzaron a caer, debido a que Estados Unidos todavía no se empieza a recuperar de la inflación que está en su nivel más alto en 40 años.
Incluso si la inflación llega a su pico y deja de subir, lo más probable es que desacelere lentamente, por lo que los bolsillos e ingreso doméstico de los ciudadanos seguirá altamente presionado.
En tan sólo el último mes subieron 1% los precios del petróleo, para un nuevo récord en Estados Unidos, con promedio nacional de casi 5 dólares el galón.
Desde marzo la Fed, banco central estadounidense, ha elevado la tasa de interés hasta ubicarla en 1.5% al momento, pero podría seguir subiendo hasta 2023 al llegar al 3.5%.
México se ve directamente impactado por la inflación de Estados Unidos. El último reporte es de un alza de 7.65% en mayo, especialmente en los alimentos, lo que tiene mayor impacto entre la población más vulnerable.
Para contener la inflación, el Banco de México ha elevado la tasa de interés muy por encima de la estadounidense. En México se ubica la tasa en 7%, más del cuádruple que la estadounidense.