Están “nerviosos, incluso fuera de quicio y toco madera para que no se arme un grupo como los reaccionarios de otros tiempos… Lo digo con respeto, no quiero que se entienda como prepotencia o burla… están moralmente derrotados”, resaltó.
Al concluir su informe de gobierno, consideró que “con lo conseguido en apenas nueve meses bastaría para demostrar que no estamos viviendo un mero cambio de gobierno, sino un cambio de régimen, y esto no será más de lo mismo; por el contrario, está en marcha una regeneración de la vida pública».
Señaló que en lo que va de su sexenio “es mucho lo alcanzado en los ideales de honestidad, justicia, legalidad y democracia”.
Sostuvo que en este tiempo han soplado buenos vientos y “estamos llevando a la práctica una transformación profunda con poca oposición… no queremos que desaparezcan las protestas”.