Los comentarios del portavoz presidencial, Rego Barros, siguieron a una reunión de gobernadores de los estados de la Amazonía con Bolsonaro, en la que le dijeron al Presidente que necesitaban dinero para combatir los numerosos incendios forestales.
«El Gobierno brasileño, a través de su Presidente, está abierto a recibir apoyo financiero de organizaciones y países», dijo Barros.
«Este dinero, cuando ingrese al país, tendrá que ser administrado totalmente por el pueblo brasileño»,
Más temprano, Bolsonaro había dicho que sólo aceptaría 20 millones de euros de ayuda comprometidos por el G-7 si el Presidente francés, Emmanuel Macron, se retractaba de «insultos» en su contra.
La oficina del mandatario francés no quiso realizar comentarios.
Ambos líderes se han visto envueltos en una disputa muy personal y pública en los últimos días, con Bolsonaro mofándose de la esposa de Macron a través de Facebook y acusando al Presidente francés de no respetar la soberanía brasileña.
Macron dijo que Bolsonaro era un mentiroso y que las mujeres brasileñas deberían sentir vergüenza de su Presidente.
Los incendios han creado una importante crisis dentro del Gobierno de derecha de Bolsonaro.
El líder brasileño está perdiendo popularidad a nivel local y se encuentra cada vez más aislado en el concierto internacional por su respuesta a la crisis que amenaza lo que muchos consideran un baluarte contra el cambio climático.
«Creemos que este no es el momento de rechazar dinero», dijo Flávio Dino, Gobernador del estado de Maranhao a periodistas después de una reunión con Bolsonaro.
«La retórica antimedioambiente podría exponer a Brasil a santiones internacionales», agregó en la señal más clara hasta ahora que los comentarios radicales de Bolsoaro lo están dejando políticamente aislado.
El número de incendios en la Amazonía brasileña ha subido un 79 por ciento este año hasta el 25 de agosto, según la agencia de investigación espacial del país sudamericano, con al menos 10 mil kilómetros cuadrados quemándose además en Bolivia, cerca de su frontera con Paraguay y Brasil.
A unos 90 kilómetros de Porto Velho, en el estado amazónico brasileño de Rondonia, un testigo de Reuters vio casas abandonadas debido a los feroces incendios forestales. Hubo lluvias el martes en el lugar, pero no las suficiente como para apagar incendios.