“Ahora que fui a Veracruz resultó que uno de los que me tiró una botella de agua es un abogado, seguramente vinculado a la red de traficantes de influencia en el Poder Judicial, jueces allí en Veracruz”, declaró el mandatario en su conferencia matutina.
Este incidente ocurrió en medio de gritos de «dictador», lo que marcó uno de los momentos más tensos de su visita al estado. Si bien la agresión generó controversia, los trabajadores del Poder Judicial de Veracruz se deslindaron del acto violento y condenaron la presencia de «incitadores a la violencia», rechazando cualquier responsabilidad en los hechos.
A pesar de la agresión, López Obrador aseguró que no interpondrá denuncias y reafirmó su compromiso con la transformación del país hasta el último día de su mandato.