Un retiro de Jersón podría permitir que el ejército ruso se colocara al otro lado del Río Dnipro de una manera ordenada, preservando su equipo y salvando las vidas de los soldados.
Sin embargo, ese retiro sería otro humillante reconocimiento público de que Putin está fallando en la guerra y podría entregarle su segunda victoria importante a Ucrania en un mes.
Jersón fue la primera ciudad importante en caer ante los rusos al inicio de la invasión y sigue siendo la única capital regional que está bajo el control de Moscú.
Retomarla podría ser un importante logro para el presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania.
Enfocado en lograr la victoria a toda costa, Putin se ha convertido en un rosto más público de la guerra mientras el ejército ruso parece que está cada vez más en problemas, forzándolo a anunciar un reclutamiento en esta semana que podría incluir a 300 mil civiles rusos para que ingresen al servicio militar.
En este mes, Moscú ha demostrado que tiene muy pocas tropas para continuar la ofensiva, sufriendo escasez de armamento de precisión de alta tecnología y no ha podido dominar el espacio aéreo de Ucrania.
Aunque oficiales estadounidenses que están enterados a través de una inteligencia altamente sensitiva, dijeron que detrás de bambalinas Putin están desempeñando un papel más profundo en la guerra, incluyendo el decirles a los comandantes que las decisiones estratégicas en el campo las va a tomar él.
Aunque Putin ha aceptado algunas recomendaciones de comandantes militares, incluyendo la movilización de civiles, su participación ha generado tensiones, dijeron los oficiales estadounidenses.
Los oficiales dijeron que el rechazo de Putin de retirar al ejército de Jersón también ha provocado una baja en la moral de las tropas rusas que mayormente están alejadas de sus líneas de suministro y que al parecer creen que podrían haber sido dejadas varadas en contra de las fuerzas ucranianas.