Los enardecidos manifestantes lograron derribar la reja y candados que habían colocado los uniformados.
Los agricultores acorralaron a los elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, quienes lanzaron gas lacrimógeno para intentar disuadir a los manifestantes.
Los alrededores de la presa prendieron en llamas por razones desconocidas.
Manifestantes lanzaron piedras y palos a los uniformados para repeler sus estrategias de defensa.
Hasta el momento se desconoce el número de lesionados.