«Estoy buscado en el mundo por 10 delitos, entre ellos alzamiento armado», expresó Morales en rueda de prensa en Ciudad de México, donde expuso un borrador de ficha azul de la Interpol fechado el 26 de noviembre en la que se pide información sobre su paradero a una decena de países.
Las fichas azules de la Interpol son notificaciones utilizadas para conseguir información sobre la identidad o paradero de personas, mientras que las fichas rojas buscan la detención o arresto a fin de lograr una extradición.
El Gobierno de Áñez acusó formalmente el pasado viernes a Morales de delitos como terrorismo y sedición con base en pruebas como un vídeo en el que se le atribuye una voz que incita a realizar bloqueos a ciudades bolivianas.
Según Morales, la ficha de la Interpol busca información suya en México, país al que llegó asilado el 12 de noviembre, así como Uruguay, Colombia, Paraguay, Argentina y Venezuela, entre otros países.
Morales ha mostrado más de una vez su intención de viajar a Argentina, por su proximidad con Bolivia, ya que el presidente electo Alberto Fernández le ofreció asilo.
Es una lucha ideológica de clases. Estoy buscado en estos países por estos cargos, seguramente no me perdonan, expresó Morales, quien reivindicó sus políticas izquierdistas en favor de los desfavorecidos.
Dentro del sistema capitalista, los movimientos sociales somos terroristas, reprochó el exmandatario, quien insistió en que durante su Gobierno no hubo ni un muerto a bala, mientras que tras su renuncia, el pasado 10 de noviembre, han fallecido 32 personas en manos de las fuerzas armadas.
Morales dijo que las próximas elecciones bolivianas no serán libres y transparentes si él y el que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, no pueden estar en Bolivia. Tenemos derecho a participar en las elecciones y organizarnos.
Ahora, por instrucción de Estados Unidos, no quieren que Evo vuelva a Bolivia. No son elecciones libres y transparentes, no permitir que vuelvan Evo y Álvaro, expresó.
Asimismo, volvió a asegurar que no hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre, en las que fue reelegido para un cuarto mandato, y expresó que ha contactado con el equipo del papa Francisco para que el Vaticano se sume a la Comisión de la Verdad que debe aclarar lo que ocurrió en esos comicios.
Morales abandonó Bolivia el pasado 11 de noviembre después de que las Fuerzas Armadas le forzaran a dejar el cargo por la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señalaba graves irregularidades en las elecciones del 20 de octubre.
La renuncia de Morales ha sido calificada como golpe de Estado por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos. Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.