De acuerdo con el Informe Trimestral correspondiente al lapso julio-septiembre, para 2020 las proyecciones de crecimiento también fueron ajustadas a las baja, de un intervalo de entre 1.5 y 2.5 por ciento a otro de entre 0.8 y 1.8 por ciento; para 2021 anticipa un nivel entre 1.3 y 2.3 por ciento.
Banxico explicó que la revisión más reciente del Producto Interno Bruto (PIB) reveló que en el tercer trimestre de 2019 la actividad económica mostró un estancamiento, luego de registrar ligeras caídas entre el cuarto trimestre de 2018 y el segundo de 2019, lo cual reflejó una pérdida de dinamismo de la demanda agregada, en un contexto en el que prevaleció la incertidumbre asociada a factores externos e internos.
Abundó que la actividad industrial siguió mostrando un desempeño desfavorable, mientras que el sector servicios ha exhibido atonía; en tanto, por el lado de la demanda interna, el consumo privado continuó mostrando debilidad, como consecuencia de una desaceleración del consumo de servicios y de bienes, especialmente de origen importado.
Por su parte, dijo que las remesas y la masa salarial real han mostrado una tendencia creciente, pero en la inversión fija bruta prevaleció el desempeño desfavorable que este indicador ha venido registrando desde el segundo semestre de 2015 y especialmente desde inicios de 2018, como reflejo del menor gasto en maquinaria y equipo y de la debilidad de la construcción.
Riesgos para el crecimiento
El banco central señaló que los principales riegos para el crecimiento del país se relacionan con el agravamiento de las tensiones comerciales, una prolongación del proceso de ratificación del T-MEC en Estados Unidos y Canadá, y episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Otros riesgos son: una desaceleración mayor a la esperada de la economía y el comercio globales; mayor persistencia en la debilidad de los componentes de la demanda agregada; deterioro en la calificación de la deuda soberana o de Pemex; y un ejercicio del gasto público en 2020 menor al esperado.
Es la sexta ocasión continua que el banco central reduce la perspectiva de crecimiento para 2019 y el rango queda muy lejos de la primera estimación, en noviembre de 2017, de entre 2.2 y 3.2 por ciento; para 2020 es el tercer ajuste a la baja.