Más del 80 por ciento de los adolescentes que van a la escuela en todo el mundo incumplen la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que hagan al menos una hora de ejercicio o actividad física al día, una cifra que aumenta entre las chicas (85 por ciento) respecto de los chicos (78 por ciento).
Es la conclusión principal de un estudio realizado por investigadores de la OMS, el Imperial College de Londres y la Universidad de Australia Occidental. El trabajo, publicado en la revista The Lance Child & Adolescent Health, refleja las tendencias mundiales de actividad física con datos de 1.6 millones de adolescentes escolarizados de 11 a 17 años.
El trabajo, que abarca 146 países con información entre 2001 y 2016, indica que las niñas hacen menos ejercicio que los niños en todos los países salvo en cuatro: Tonga, Samoa, Afganistán y Zambia. La diferencia en la proporción de niños y niñas que cumplen las recomendaciones de actividad física diaria superó los diez puntos porcentuales en casi uno de cada tres países en 2016, concretamente en 43 de 146 (un 29 por ciento del total), con los mayores desajustes en Estados Unidos e Irlanda (más de 15 puntos porcentuales).
La mayoría de las naciones estudiadas (107 de 146, el 73 por ciento) vieron crecer esta brecha de género entre 2001 y 2016. Los autores apuntan que los niveles de falta de actividad física son extremadamente altos y comprometen la salud actual y futura de los adolescentes. Los beneficios para la salud de un estilo de vida físicamente activo durante la adolescencia incluyen la mejora de la aptitud cardiorrespiratoria y muscular, la salud ósea y cardiometabólica y efectos positivos sobre el peso.
También hay cada vez más pruebas de que el ejercicio tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo y la socialización. La evidencia actual sugiere que muchos de estos beneficios continúan hasta la edad adulta.