La Policía Nacional española arrestó a dos ecuatorianos frente a las costas de Galicia, quienes habrían navegado en la embarcación de 22 metros, de longitud proveniente de Colombia y que transportaba tres mil kilos de cocaína, según fuentes de la investigación.
Un tercer hombre escapó de la captura.
El costo de operar un submarino, cuyo valor estimado por la policía es cercano a 2.5 millones de euros, ha llevado a las autoridades a creer que la operación fue respaldada por carteles de drogas.
La escarpada costa atlántica de Galicia con cientos de ensenadas escondidas y playas desoladas ha sido durante años la puerta de entrada de drogas ilegales a España y Europa.
Los pescadores convertidos en contrabandistas en Galicia llamaron la atención pública en la década de 1990 cuando la aparición de los carteles en Colombia aumentó los suministros mundiales.
No es la primera vez que una operación antidroga de escala internacional tiene como objetivo un submarino. Al propio Pablo Escobar, máximo referente de los narcos colombianos y líder del cartel de Medellín, se le atribuía la posesión de un sumergible teledirigido de 11 metros de eslora. Supuestamente se lo habría comprado al Ejército de su país. Era de color verde y fue hallado en un río en medio de la selva.
En agosto 2006, un narcosubmarino de fabricación casera apareció abandonado en medio de la ría de Vigo cargado de combustible y con el motor en marcha.