Ayer, el Mandatario federal encaró a Gaytán Ochoa y a otros mandos militares por discrepar del rumbo que lleva el Gobierno y cuestionar decisiones estratégicas que han ofendido a los soldados.
«En el Ejército hay inconformidad, hay molestia. El Presidente debe acusar recibo, más que cuestionar al mensajero», dijo el senador panista Gustavo Madero.
«Debe aceptar el mensaje. ¿Cuál? Que hay una molestia y que no todo mundo coincide con su punto de vista y está castigando al General que lo verbalizó, está cayendo en ese error de castigar al mensajero».
A juicio de la senadora Josefina Vázquez Mota, integrante de la Comisión de la Defensa, la lealtad del Ejército a las instituciones y al País no puede arriesgarse de ninguna forma.
«Ni con ataques físicos, pero tampoco con ataques verbales. Todo aquello que socave su fortaleza institucional, que ponga en riesgo innecesario sus vidas y las de sus familias, así como el rechazo a escuchar sus voces, resultan una amenaza para la democracia y la seguridad del País», definió.
Para el también panista Damián Zepeda, la confrontación con la milicia no le conviene a nadie.
«Es evidente que hay inconformidad y esa inconformidad no es sólo lo expresado por el General (Gaytán Ochoa). Es sentido común que las Fuerzas Armadas están ofendidas, desmoralizadas y desmotivadas. Lo correcto, en vez de echar culpas, es atender lo que esas voces dicen», consideró.
Por Movimiento Ciudadano, el senador Clemente Castañeda acusó una irresponsabilidad y perversidad del Presidente por querer dividir a los mexicanos.
«Para todo tiene un argumento maniqueo, de polarización y división, para todo hay buenos y malos», reprochó.
«Y ahora esta visión la traslada al ámbito de la Fuerza Armada, para dividirlos entre los buenos y los de administraciones pasadas. Aquí el Presidente pierde de vista que es el Jefe de la Fuerza Armadas y en todo caso debe aplicar el régimen disciplinario en lugar de litigar en el terreno de su retórica de polarización».
Por la dirigencia del PRD, Ángel Ávila consideró que el Ejército tiene una molestia legítima y no ha sido tratado con el cuidado que merece.
«El Presidente debiera bajar y platicar con la tropa, con los mandos medios del Ejército. El mando militar y la tropa están molestos porque las decisiones que se han tomado son de carácter político», indicó.
«Veo incomprensible la respuesta que da el Presidente de la República, el líder de las Fuerzas Armadas, al discurso del General Gaytán, desacreditándolo, sin entender las causas de fondo del reclamo que tiene el Ejército hacia la actitud del Jefe del Ejecutivo. Creo López Obrador necesita serenarse, escuchar voces más allá de su círculo, porque hoy el Presidente tiene ceguera».
Entre tanto, el senador priista Manuel Añorve consideró que es incorrecto que el Presidente de la República se enfrente con un General del Ejército porque se atrevió a discrepar de su gestión.
«No es correcto tener un enfrentamiento con lo que piensa un General, porque además es lo que piensan muchos mandos medios», planteó el legislador guerrerense.
Miembro de la Comisión de Defensa, Añorve estimó que es «inédito» que un alto mando militar se haya atrevido a discrepar del Gobierno.
En el mismo tono, el también senador priista Jorge Carlos Ramìrez Marín advirtió que no debía de celebrarse que diferentes visiones entre el Ejército y el Ejecutivo se conviertan en parte del debate.
«Es altamente peligroso y preocupante que se conviertan en parte del debarte público, porque hoy más qe nunca se requiere unidad e institucionalidad», indicó.
«El discurso del General Gaytán es crítico y hace un llamado a la unidad y a la institucionalidad, pero la respuesta del titular del Ejecutivo debe estar orientada a lo mismo, más que juzgar a los actores, tiene que haber un sereno llamado a la unidad y a la institucionalidad».