Los elefantes son una de esas especies, pues en el oriente todavía son utilizados como parte de rituales religiosos, festividades y atracciones turísticas que muchas veces centran su atención en la majestuosidad de este animal que además, tiene un papel importante en la vida espiritual de algunos territorios. Desafortunadamente, muchas veces no son tratados dignamente y terminan sus días en terribles condiciones.
Kanakota muere tras pasear a turistas
El pasado 16 de octubre, Kanakota, un elefante de 18 años de edad, estaba a punto de comenzar un cuarto viaje a la antigua fortaleza de roca de Sigiriya en Sri Lanka, cuando no pudo caminar más; ya estaban sobre su lomo dos turistas dispuestos a pasear sobre ella en un recorrido que dura aproximadamente una hora en el caluroso ambiente de la zona. Las personas fueron bajadas del animal que unos momentos después se echó en el suelo.
Tras algunas horas de haberse desvanecido, el paquidermo murió, y aunque las causas oficiales no han sido reveladas pues los resultados de la autopsia que le fue practicada como parte de una investigación no han salido a la luz; no obstante, activista que defienden los derechos de los animales han dicho que Kanakota perdió la vida a causa del agotamiento.
Además de los recorridos del día por lo que cada turista paga alrededor de 750 pesos (30 libras), se ha dicho que, la noche anterior, el mamífero había participado en un desfile cuya duración y propósito se desconoce.
Los elefantes en Asia
Como dijimos antes, los animales aún son una especie utilizada por los humanos como fuente de entretenimiento; World Animal Protection estima sólo en Asia hay aproximadamente 3 mil ejemplares que se utilizan con estos fines y que al menos 7 de cada 10 de ellos on tratados de forma inhumana.
Al hablar con MailOnline sobre el caso de Kanakota, Katheryn Wise, gerente de campañas de vida silvestre de World Animal Protection, lamentó la muerte de un elefante “tan joven” que pasó su vida en recorridos turísticos y desfiles y expresó que se mantienen los esfuerzos para instar a los visitantes a no montar animales, entre otras cosas, porque son sometidos a “crueles entrenamientos” para que se vuelvan dóciles a pesar de ser salvajes.
«Pedimos a los turistas que no monten elefantes ni participen en actividades donde haya contacto directo con animales salvajes”.
Con información de Daily Mail.