Según lo dicho por la familia al diario Mirror utilizaba dos horas de sus jornadas para hacer ejercicio, aunado a esto manteía un alto perfil y era referencia de persistencia para sus compañeros de gimnasio, así como “un ejemplo para su familia”.
Unbeknownst to everyone, Meegan suffered from Urea Cycle Disorder, which meant having such a protein-heavy diet caused a… https://t.co/WoGVmhNj8s
— Julia Charnley (@JuliaCharnley) July 16, 2019
Cuidaba lo que comía y mantenía una imagen saludable. Sin embargo, un trastorno crecía en su cuerpo.
El exceso de proteína durante años generó una acumulación mortal de amoníaco en la sangre de la deportista, quien terminó colapsando en su propia casa, debido a un derrame cerebral.
“Estaba ganando trofeos por su físico esculpido, pero una mañana, cuando fui a verla a ella y a los niños, noté que sus manos temblaban mientras tomaba otro batido de proteínas con sus suplementos para el culturismo”, dijo la madre de la joven al medio australiano, quien jamás se esperó el deceso de su hija.
El 19 de junio del 2017 la encontraron inconsciente en su apartamento en Madurah, en el oeste de Australia.
De hecho murió en el hospital tres días después de quela diagnosticaron con desorden en el ciclo de la urea que no le permitía absorber correctamente las proteínas.
«No teníamos idea de que su obsesión» con los licuados de proteína la matarían, dijo su madre, la señora Michelle White.