Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el componente subyacente, que no contempla energéticos ni productos agropecuarios, incrementó 0.20%, dando como resultado una tasa anual del 3.60%.
Mientras que el índice de precios no subyacente se redujo 0.25%, registrando una variación con respecto al mismo periodo de 2017 de 6.81%. Este índice solamente incluye productos agropecuarios y energéticos que se caracterizan por su elevada volatilidad.
De acuerdo con el Inegi, entre los productos que bajaron sus precios en el primer mes del año fueron la gasolina de bajo octanaje, el transporte aéreo, el tomate verde, el jitomate, el gas doméstico. En contraste, aumentaron los costos del chile serrano, la cebolla y los automóviles.
Aunque la inflación disminuyó considerablemente, aún se encuentra fuera del objetivo propuesto por el Banco de México que es del 3% (+/- un punto porcentual) para el presente año.
En su último comunicado de política monetaria, el Banxico advirtió:
“La inflación enfrenta riesgos de carácter estructural derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía. Además, existen riesgos en el horizonte de pronóstico entre los cuales destaca el que la cotización de la moneda nacional continúe viéndose presionada por factores externos e interno”.
Información de Proceso.