En su primer día como testigo, Dámaso López, «El Licenciado», aseveró que, en 2013, la Presidenta Municipal priista de La Paz, en Baja California Sur, solicitó al Cártel de Sinaloa asesinar a un policía «que le hacía grilla».
Guzmán habría aceptado «hacerle el favor» a la funcionaria, según su testimonio.
Narró que, en 2004, «El Chapo» ordenó matar a Rodolfo Carrillo, hermano de Amado Carrillo, pues sus sicarios no le mostraban respeto.
Agregó que, tras la aprehensión de Alfredo Beltrán Leyva en 2008, inició una guerra con los sicarios de Guzmán, Ismael «El Mayo» Zambada» e Ignacio «Nacho» Coronel.
El testigo aseguró que «El Chapo» ordenó matar a Gonzalito Araujo y a «El Guacho», jefes de sicarios de los Beltrán Leyva.
Este último fue levantado y llevado a una bodega en una propiedad del testigo, donde fue interrogado por el capo y por otros miembros del Cártel, como consta en un video mostrado por la Fiscalía, y después fue asesinado.
En 2011, agregó, Guzmán mandó a matar a Juan «El Juancho» Guzmán, una de sus manos derechas, debido a que le mintió sobre su ubicación; también ordenó asesinar a su secretario, quien sabía de la mentira.
Por último, narró el homicidio de Polo Ochoa, narcotraficante cercano a «El Mayo» Zambada, quien hizo un acuerdo con el Gobierno para proporcionar información sobre «El Chapo».
Al principio del juicio, el juez Brian Cogan pidió a la Fiscalía no centrarse en los presuntos homicidios cometidos u ordenados por Guzmán, dado que no está siendo acusado de homicidio, sino de narcotráfico.
En su testimonio, Dámaso López reconoció que, como subdirector de Seguridad y Custodia en el Penal de Puente Grande en 1999, concedió beneficios a Guzmán como acceso a un celular, así como la entrada clandestina de su entonces esposa Griselda; de su cuñado, Marcelo Peña, y de su hermano Arturo.
A cambio, el entonces funcionario recibió al menos 10 mil dólares, una casa valuada en 1.5 millones de pesos y apoyo en los gastos médicos para uno de sus hijos, quien tuvo un accidente.
«El Licendiado» dijo haber sido responsable de conseguirle casas y ranchos a «El Chapo»; servir como contacto con servidores públicos que le informaban de operativos y de coordinar la logística del tráfico de drogas de Colombia a Sinaloa.
Expresó que, pese a haber sido sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, espera que su colaboración en el juicio contra el capo le ayude a ser recomendado para una reducción de sentencia.
Información de Agencia Reforma