Su trabajo de investigación, aclaró, está dirigido a dar respuestas y a disminuir la tasa de 70 por ciento de mortalidad entre infantes prematuros, nacidos entre las semanas 23 y 26 de gestación. “Unos ven esta investigación como algo muy interesante, pero otros, por el contrario, lo consideran una especie de aberración sobre la creación de la vida. Yo lo veo como la primera llegada a la Luna cuando nadie conocía la Tierra.», dijo.
El investigador explicó que el desarrollar un feto en un útero artificial recibe el nombre de ectogénesis y la idea fue planteada por primera vez en 1924 por el científico británico J.B.S. Haldane, quien era amigo de Aldous Huxley, autor Un mundo feliz en la que los humanos son creados en botellas de vidrio.
Gruevink estuvo en México donde presentó su polémico proyecto dirigido hacia cómo nacerán los bebés del futuro y, para ello, dio a conocer su contenedor artificial con líquido amniótico donde se está desarrollando el feto del cordero, con todos los nutrientes, y oxígeno, adicionado con otro conducto por donde se desechan los desperdicios.
“Es una tecnología de reproducción sofisticada, superior a las que ya existen, porque separa la reproducción del cuerpo humano, y aunque resulta una idea perturbadora, porque para algunos conservadores rompe con el proceso natural del embarazo, de ese lazo entre mujer y bebé, pero lo cierto es que ya es posible, a pesar de las inmensas dificultades, conectar organismos vivos a una máquina para salvar a millones de bebés prematuros, reduciendo las probabilidades de que tengan enfermedades cardiacas, infecciones pulmonares, incapacidad de respirar por sí solos”, aclaró a Milenio.
Y los científicos, abundó, están por el camino de crear a seres humanos en bolsas o como alguna vez imaginó Aldous Hexley, en botellas de vidrio. “Hemos ya entendido los procesos hormonales del cuerpo humano, incluso, recordarán a Louise Brown, la primera bebé in vitro que ya cumplió 40 años”.
Información de Milenio