En hoteles, casas de renta, iglesias o albergues, las personas permanecieron ayer bajo los rayos del sol o cubiertas con cobijas, debido a que la mayoría provienen de lugares cálidos y nunca habían vivido temperaturas bajo cero.
Javier de 17 años y Jefferson de 23 años son originarios de la costa de Venezuela, en donde siempre hace calor, pero hace seis y cuatro meses salieron de su país con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
“Buscando el solecito, por allá, buscando donde nos pegue siempre el rayito de sol pa’ calentarnos”, narraron.
Ambos trabajaban en la Ciudad de México, en donde se conocieron y decidieron viajar a la frontera ante los rumores de que el gobierno de Joe Biden les abriría la frontera, pero al llegar a la ciudad y darse cuenta que no era verdad optaron por seguir esperando una cita a través de la App CBP One.
“Allá no hace frío, el frío es cuando llueve y ni tanto”, dijeron los sudamericanos que arribaron a Ciudad Juárez el día de Navidad, por lo que aquí recibieron el 2025 y han vivido temperaturas bajo cero, como ocurrió ayer que el frente frío provocó que el termómetro descendiera hasta los -3 grados Centígrados, pero que la sensación térmica fuera de 12 grados bajo cero, con el pronóstico de nieve para la noche.
“Es un poco fuerte porque no estamos acostumbrados, y sentimos mucho el frío. Adentro por lo menos sí es más caliente, pero aquí nos sacan a las 8:00 de la mañana para hacer la limpieza, y ya nos pasan como a las 12:00, dependiendo cuando terminen y cuando paguemos otra vez”, relataron sobre la iglesia en la que deben pagar 100 pesos diarios para poder dormir.
Ellos, al igual que otros de sus compañeros acuden diariamente al comedor para migrantes ubicado en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, en donde les dan comida gratis y ayer les repartieron chamarras.
Hasta el mediodía de ayer, más de un centenar de personas en contexto de movilidad habían acudido ayer al comedor del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano, en busca de un lugar cálido, refugio, ropa o alimento.
Otras se mantuvieron en espacios cálidos como los más de 20 albergues que hay en la ciudad registrados, y que son apoyados por la comunidad binacional.
En el albergue El Buen Samaritano, ubicado en la colonia Luis Echavarría, ayer había 24 personas provenientes de México y otros países de Centro y Sudamérica, quienes se mantuvieron dentro de las áreas de hombres, mujeres y familias, para protegerse de las bajas temperaturas.
Envuelta en una cobija de la cintura para abajo, una mujer de origen mexicano, agradeció poder estar dentro de un espacio humanitario debido a que ni ella ni su familia, integrada por niños y adultos, habían vivido antes el clima extremo.