Los dos migrantes “menores no acompañados” salieron de Guatemala con la esperanza de llegar a Estados Unidos y que su familia los ayudara a continuar sus estudios, pero se convirtieron en víctimas de la violencia que ejercen los grupos delictivos en contra de las personas en situación de movilidad en esta frontera.
“Estuvimos una semana secuestrados; nos pegaban con tablas, nos apuntaban con las pistolas para enseñarles a nuestros familiares videos, pa’que ellos miraran cómo nos pegaban, pa’que pagaran”, narró Eduardo, cuyo nombre fue cambiado por motivos de seguridad, al igual que el de Javier.
De acuerdo con las estadísticas oficiales del Gobierno de Estados Unidos, durante el Año Fiscal 2024 los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso encontraron en la frontera a 16 mil 118 “menores no acompañados”, principalmente originarios de Guatemala.
Del 1 de octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024, los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) asignados a la Oficina de Operaciones de Campo de El Paso, procesaron a otros mil 655 niños, niñas y adolescentes migrantes más que llegaron solos a los cruces internacionales, como lo hicieron hace unos días ellos dos.
“Somos de Guatemala, nosotros vivimos pegados al mar… vamos a Estudiar, en Guatemala no hay muchas oportunidades”, dijo Javier.
Los llevaron a una bodega
Narraron que viajaron con distintos traficantes de personas, quienes les daban una clave que tenían que darle al siguiente “coyote”. La última clave se las dieron en San Luis Potosí, y la tenían que dar en Ciudad Juárez, en donde fueron dejados en un supermercado, en donde los recogieron los “coyotes” que los ingresarían a Estados Unidos.
Ambos dijeron estar seguros de que los mismos traficantes que los entregarían con sus familias fueron quienes los privaron de la libertad, aunque Eduardo recordó que cuando fueron trasladados de un supermercado a una bodega llegaron unos hombres para secuestrarlos.
“Nos llevaron a una bodega, y nos dijeron que ya sólo pa’ brincar estábamos, y llegaron y nos secuestraron, eran otras personas, trabajadores de ellos. Les dijeron a los coyotes que nos iban a llevar porque ellos no habían pagado la cuota… pero la clave que traíamos desde San Luis Potosí era para secuestrarnos”, relataron.
Dijeron que durante la semana que estuvieron en una casa de seguridad contabilizaron unas 16 personas migrantes secuestradas, entre las que había un niño de siete años, una niña de 12 y un adolescente de 16.
A través de amenazas, los secuestradores primero le exigieron a sus familias 17 mil dólares, a cambio de dejar en libertad a cada uno, por lo que les depositaron 34 mil dólares, pero no los dejaron en libertad con el argumento de que no habían recibido el dinero, y tuvieron que conseguir 34 mil dólares más para que no los mataran.
“Sí pagaron, por eso nos sacaron, sino nos matan”, dijo Javier, quien este mes se convertirá en mayor de edad.
Después de haber recibido el segundo pago, ambos fueron liberados en un parque, de donde tuvieron que caminar durante horas por las calles de la ciudad en busca de ayuda, relataron.