Lo anterior, luego de que esta casa editora reportara ayer que, aunque no hay una cifra exacta por parte del Gobierno federal, son alrededor de 140 personas en situación de movilidad que están desaparecidas.
“En los casos de las colaboraciones, por lo general los otros países o las otras entidades nos mandan las pesquisas y nos envían un extracto de la entrevista que pudieran haberle hecho a las familias; cuando no son familias mexicanas, la entrevista viene muy corta y no contiene los elementos que necesitamos y eso lo vuelve más complicado”, explicó el director.
En ese mismo sentido, refirió que en algunos de los casos la dependencia sostiene reuniones vía Zoom con las familias y que en las situaciones de las personas que son connacionales la entrevista siempre viene más amplia.
“Cuando el otro país sospecha de que su ciudadano puede estar aquí, nos notifican y nosotros hacemos la búsqueda, pero cuando no localizamos elementos que individualicen a una persona a través de la información que nos hicieron llegar hacemos un cotejo genético con los perfiles de las familias de las personas que están siendo buscadas; lamentablemente a veces las autoridades que nos hacen esa petición de colaboración no lo hacen de la mejor manera”.
Los retos a los que esta dirección se enfrenta en casos como esos es que los resultados del perfil genético de los familiares los mandan impresos, lo cual dificulta bastante ya que en muchas ocasiones es copia de la copia.
“Lo que nosotros tenemos que hacer es regresar esa solicitud de colaboración solicitando a su vez que nos envíen esa información en un formato digital para que nosotros podamos tener esa información y que no haya errores”, señaló Sánchez Herrera.
Según el directivo, es muy importante que no exista algún tipo de fallo, ya que un número o cualquier elemento que no sea muy legible podría cambiar todo el resultado.
“No nos podemos arriesgar, entonces, como te comentaba, regresamos la solicitud y hacemos que nos las manden en un formato digital para que podamos hacer la confronta”.
Todo esto puede ser con cualquier país y con cualquier autoridad y sólo es necesario que se solicite vía oficio, mismo que por lo general llega al despacho del fiscal, luego a la Dirección de Servicios Periciales; una vez ahí, le dan trámite a los interesados a través de un juzgado, de algún ministerio público o de una cancillería cuando es de algún otro país.
“Hemos tenido muy buenos resultados, puesto que hemos repatriado ya a algunas personas que lograron ser identificadas por distintos métodos, porque no necesariamente tenemos que llegar a la genética, ya que en la mayoría de las ocasiones las personas que encontramos están en condiciones en donde podemos tener muchos elementos que las individualicen, ya sean tatuajes, cicatrices, los dientes completos y las huellas dactilares”.
Sánchez Herrera explicó que en el caso de los países centroamericanos como Honduras, El Salvador y Nicaragua, cuentan con una base de datos muy amplia en cuanto a las huellas dactilares de sus ciudadanos y que ahí no es tan complicado, ya que ellos mandan sus fichas dactilares y luego aquí hacen la confronta con las muestras de huellas dactilares que ya han hecho de los cuerpos.
“Eso permite que las identificaciones sean más fáciles, el detalle aquí es que son pocas las solicitudes que se reciben de otros países. Para todo esto debe existir una denuncia de ausencia y ya cuando tenemos indicio de que esa persona pasó por el estado de Chihuahua con la intención de cruzar a Estados Unidos, ya podemos hacer este tipo de verificaciones”.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas señala 140 migrantes ausentes, mientras que en el municipio de Juárez las cifras también son desiguales, ya que existe el reporte de 78 extranjeros en calidad de ausentes: 29 provenientes de Guatemala, 14 de Estados Unidos, ocho de Venezuela, al igual que de Nicaragua, seis de Ecuador, cinco de El Salvador, tres de Honduras y tres de Colombia, así como dos de Brasil. De ese total sólo doce fueron tipificados como “persona migrante”.