«En conjunto no debemos tardarnos más de cinco años; sin embargo, es un estándar internacional que hay que mejorar evidentemente, debe estar en por lo menos tres años máximo», aseveró el funcionario.
En entrevista realizada este miércoles en sus oficinas al sur de la Ciudad de México, el director explicó que actualmente la primera respuesta de una solicitud de patente se otorga tres meses después de iniciar el trámite.
Después hay un proceso de revisión y se abre un plazo de 18 meses para que el inventor desarrolle un programa de comercialización y se realice un análisis de fondo del proyecto que se busca patentar, detalló Nieto.
«La (primera) respuesta no puede ser tres meses después de la solicitud inicial. Los 18 meses están pensados para comercializar el producto, puede ser que el inventor no tenga pensado comercializarlo y quiera disponer ya de su patente.
«Debemos estar pensando en modificar formatos y asesorías para reducir esos 18 meses en el trámite», puntualizó.
Incluso se deberán generar procesos de validación de patentes que ya se hayan otorgado en el extranjero y hacer intercambios de información que permitan desahogar los procedimientos, agregó.
En el contexto donde la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo busca aumentar el número de patentes mexicanas en el marco del T-MEC, Nieto reconoció el reto es dar valor al desarrollo e investigación local.
«El 85 por ciento de las solicitudes de patentes son de extranjeros, así como el 95 por ciento de que se conceden, afirmó.
Hoy sólo 5 por ciento de las patentes que otorga el IMPI son de personas o empresas mexicanas.
«El 60 por ciento de nuestras patentes vienen de universidades e institutos de investigación. Esperamos que un grupo importante se comercialice», añadió Nieto.
Agregó que una tercera parte de las solicitudes de patente proviene de investigadores del sector privado, otra tercera parte del sector gubernamental y el resto de inventores libres.