“Si fue mucha presión porque el box siempre ha tenido muchas medallas y aquí les sumé otra. Ya esta emoción de asegurar lugar en el podio ya queda en el pasado, ahora me toca enfocarme en lo que sigue y no me gusta confiarme porque viene un rival muy duro”, declaró Verde tras ganar la pelea.
La hazaña del vigente monarca centroamericano y panamericano, cuyo padre Manuel Verde fue olímpico en Barcelona 1992, se dio tras derrotar por decisión dividida 4-1 a Nishant Dev en la ronda de los octavos de final.
El próximo 6 de agosto, Verde enfrentará en semifinales al británico Lewis Richardson. Si pierde dicho combate, el color de su medalla olímpica será de bronce, pero si logra superar al europeo avanzará a la gran final que será disputada el 9 de agosto ante el vencedor del combate entre el estadunidense Omari Jones y Asadkhuja Muydinkhujaev, de Uzbekistán.
“El siguiente rival tiene una gran estatura, pero no tiene una cierta frecuencia de golpeo. Marco y yo nos conocemos de toda la vida y él siempre ha sido muy obediente en todo lo que pido y no nos hemos equivocado”, precisó el entrenador Radamés Hernández.
La medalla asegurada por Marco Verde en la división de 71 kilogramos es la número 14 para el boxeo olímpico de México y la 77 de la historia en general.