«Creamos un problema donde no había problemas, lo que se prohibió en este Gobierno fue la importación de maíz blanco genéticamente modificado para el uso de tortilla.
«El panel (determinaría) qué daños está causando, que son mínimos, porque importamos muy poco de maíz blanco genéticamente modificado, pero si hay un daño en aranceles, seguramente (EU) lo impondrá en otros productos, no creo que agropecuarios, porque sería inflación para el consumidor», explicó ayer Anaya entrevistado sobre el tema.
El decreto de México prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para consumo humano, tanto blanco como amarillo.
Anaya consideró que el impacto económico sería bajo, pues el País es autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos, que se usa para la masa y tortillas.
Rubisel Velázquez, director general adjunto de Agro Groppo, consideró que Estados Unidos quiere dejar un precedente sobre la producción de organismos genéticamente modificados.
«Podría estar buscando un precedente para evitar obstáculos o medidas que pudieran percibirse como inconvenientes al comercio», dijo ayer en entrevista.
La semana pasada, representantes de México y EU participaron en una audiencia ante el panel de solución de controversias por el maíz transgénico.
Las partes deben responder por escrito los cuestionamientos a sus declaraciones orales y presentar la documentación que respalde sus posturas. Este reporte se entregaría en septiembre.
Posteriormente, cada país podrá contraargumentar los planteamientos adversos y, con todo lo expuesto por ambas partes y la posible ayuda de expertos técnicos, el panel deberá llegar a una conclusión, que se perfila para noviembre.
«El momento ahora es crítico, porque el panel está haciendo sus reflexiones sobre lo que escuchó en la audiencia, estarán haciendo sus deliberaciones», detalló Velázquez.
En la audiencia, celebrada en Ciudad de México, los representantes del País sostuvieron que el maíz genéticamente modificado plantea riesgos para la salud y para la biodiversidad, aunque reconocieron que no han presentado los resultados de una evaluación científica.
Estados Unidos acusó a México de no haber realizado una evaluación de riesgos adecuada y de no haber cumplido con los requisitos del T-MEC antes de emitir el decreto presidencial contra el maíz transgénico.