Esta destrucción fue gracias al trabajo entre el personal terrestre, los patrullajes aéreos con helicópteros, así como el uso de aeronaves no tripuladas o drones Centinela, para ubicar y erradicar la conducta criminal en la zona serrana.
En estas acciones, se coordinaron labores con el Ejercito Nacional, la Guardia Nacional y la Fiscalía General del Estado, con el objetivo de llevar a cabo la correcta intervención de los presuntos plantíos de droga.
Acciones que dejaron como saldo la destrucción de poco menos de 2 millones de plantas (1.95 millones), distribuidas en 8 terrenos de entre 14 a 40 m2 de superficie; así como la destrucción de 4 campamentos utilizados por el crimen organizado.