“Uy, es horrible el calor, por lo menos a mí me ha bajado la tensión (presión). Todo el día el calor es horrible, sudo y en donde nosotros estamos sólo nos permiten bañarnos una vez al día, te paras y ya hay sol, son las 9:00 de la noche y apenas está anocheciendo”, relató Karen, de 27 años de edad, una venezolana quien llegó hace 15 días a la frontera.
Al igual que sus tres hijos de 9, 11 y 12 años de edad, su esposo y su cuñado, la madre sudamericana permaneció dos días en el bordo del río Bravo, pero debido a las altas temperaturas, a los ataques con balas de gas pimienta de la Guardia Nacional de Texas y a las restricciones para solicitar asilo para los migrantes irregulares firmadas por el presidente Joe Biden, decidieron buscar albergue en la ciudad.
Con ellos permanecía otra familia en los límites de la frontera, pero debido al calor uno de los niños, de seis años de edad, presentó fiebre, vómito y diarrea, lo cual se le agudizó con los disparos de gas pimienta de los agentes texanos, por lo que lo llevaron al centro de salud Todos Somos Mexicanos, relató.
“El calor es fuerte, yo he sufrido deshidratación, pero gracias a Dios, sobrellevándolo”, dijo Karen, quien diariamente acude al comedor para migrantes del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano, ubicado en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Otros extranjeros exhortaron también a las personas en situación de movilidad a no intentar cruzar hacia Estados Unidos por el desierto, para no poner en riesgo su vida, luego de que en los últimos ocho días dos migrantes murieron en el desierto de Juárez a causa de deshidratación.
“Esperen su cita, porque es muy duro, es muy duro la verdad, no se arriesguen con los niños porque sí es duro, para uno es más fuerte que para los niños. Yo por lo menos supe de una mujer que murió de deshidratación… yo llegué con deshidratación y mucha sed”, dijo Bilmari, una venezolana de 24 años de edad quien lleva dos meses viajando desde su país.
Mauricio Rodríguez, titular de la dirección estatal de Protección Civil en la Zona Norte, también pidió a las personas migrantes a no caminar por el desierto, debido al alto riesgo que corren ante las altas temperaturas.