En la zona metropolitana de Pachuca, se enfrenta una severa crisis de recolección de basura por el colapso del relleno sanitario de la comunidad del Huixmi, donde las montañas de desechos se acumulan, pero además la mancha urbana ya lo alcanzó y empieza a provocar problemas de salud entre sus habitantes.

En funcionamiento desde hace 28 años, en este relleno se depositan unas 600 toneladas de basura de la zona metropolitana de Pachuca.

Fraccionamientos cercanos resienten fauna nociva y malos olores, por los vientos de la ciudad que además arrastran hasta sus hogares el polvo del basurero que, afirman, dificulta la respiración, provoca mareos, náuseas, dolor de cabeza e irritación de ojos.

Elide López es vecina del fraccionamiento Novovento, desde su ventana se puede ver la montaña de basura del relleno sanitario; pero lo peor no es la vista, sino los intensos olores y que cuando se registran rachas de viento, así sean menores, llega hasta el fraccionamiento restos de basura y polvo.

“Mi salud la verdad ha ido disminuyendo y sí es preocupante, porque yo no tenía estos problemas de salud y estoy segura de que es provocado por el relleno sanitario”, señala la mujer quien muestra una caja con los medicamentos que debe utilizar para ojos y vías respiratorias.

El temor de enfermar es tal que ha improvisado soluciones como colocar hules y mosquiteros en puertas y ventanas para contener el ingreso del polvo, el olor fétido e insectos; otros optan por colocar jergas o trapos húmedos.

Pero no sólo el viento acarrea basura y polvo, por las noches los vecinos deben lidiar con los intensos aromas que son perceptibles de forma intensa a varios kilómetros a la redonda.

Durante los últimos meses, la séptima celda del Huixmi colapsó, lo que se ha reflejado en un irregular servicio de recolección y que, de ocho municipios que depositaban en el lugar, ya sólo lo hagan Pachuca y Mineral de la Reforma.

“Corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales el poder determinar si este es un relleno sanitario que todavía puede estar operando, nosotros decimos que no, porque de alguna manera la octava celda ha planteado que por ahí hay un pozo de agua que se puede contaminar y estas son las cosas que lo han detenido”, afirmó, Marco Antonio Moreno, presidente de la Sociedad Ecologista Hidalguense.

El predio donde está el relleno pertenece a 57 ejidatarios del Huixmi y actualmente es operado por la empresa Conadia, por lo que el activista consideró que el relleno debe mutar en una planta de transferencia que sea amigable con el medio ambiente.

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