Curiosamente cuando Donald Trump llegó a la Presidencia en 2016, fue cuando el dólar más subió en México, llegando hasta los 25.1185 pesos el 24 de marzo de 2020.
Con el posible regreso de Trump, la historia podría ser no solo diferente sino opuesta, sobre todo si se cumple su plan.
El plan: dólar barato.
La idea del dólar bajo en esta nueva campaña de Trump viene de una persona que tuvo un importante papel con México pero que no suele salir en reflectores. Se trata de Robert Lighthizer.
Bob Lighthizer fue el representante comercial de Estados Unidos en la presidencia de Trump, quien además estuvo a cargo de las negociaciones para firmar el nuevo T-MEC (Usmca en inglés) con México y Canadá para sustituir el anterior tratado de libre comercio, el TLCAN.
Al interior de la campaña de Trump se ha vuelto uno de sus principales consejeros y muy influyente en las decisiones del expresidente estadounidense. Ambos comparten la visión ‘América First’, el nacionalismo estadounidense, sobre todo llevado al comercio y la economía.
Es la devaluación del dólar una de las más importantes medidas que quiere aplicar Trump, aconsejado e impulsado por Lighthizer, de acuerdo con reportaje del medio Politico, que también ha sido retomado por The Washington Post y recientemente por el canal español especializado en economía, VisualEconomic.
La devaluación es una práctica que consiste en volver una moneda más débil. Estados Unidos es conocido por querer una moneda fuerte, pero eso no necesariamente es bueno.
Japón es la tercera economía del mundo y el yen no deja de perder valor desde hace varios años. Una moneda fuerte no significa necesariamente algo bueno, de hecho una moneda débil favorece el comercio, y ese es el punto principal.
¿Por qué quieren un dólar barato?
La respuesta: La guerra comercial con China.
Donald Trump quiere resolver uno de los principales problemas económicos que arrastra Estados Unidos, que es el déficit comercial.
Es ahí donde entra la importancia de bajar el valor del dólar, pues disminuirlo sería clave para corregir la balanza comercial que tiene EE.UU. con el resto del mundo.
Estados Unidos tiene un déficit comercial porque exporta mucho menos de lo que importa, lo cual impide que sus productos lleguen a mercados internacionales.
Esto trae ventaja a las ganancias de los comerciantes extranjeros pero perjudica a los negocios estadounidenses que les cuesta llevar sus productos y servicios a otros países.
China por el contrario tiene una balanza comercial favorable porque exporta mucho gracias al valor barato del yuan (renminbi).
Trump ha ofrecido un aumento de las exportaciones como promesa de campaña para mejorar las ventas de los productores estadounidenses, volviendo indispensable devaluar el billete verde.
Esto acompaña una de las propuestas más fuertes de proteccionismo económico, que es imponer un arancel del 10% a todos los países, del 60% a China y un 200% a los vehículos chinos.
El problema del dólar caro.
Lo que sucede actualmente es que el dólar vale más en el extranjero que en su propio país, de hecho vale más que el euro que es una de las monedas más estables y fuertes del planeta porque la utilizan los países de la eurozona.
Sin embargo, bajar el dólar no es tan fácil como simplemente decidirlo. Es tan valioso porque es usado para el comercio internacional entre la mayoría de países de occidente porque es una reserva estable y segura para proteger ahorros.
La solución.
Lighthizer posiblemente se convertirá en el secretario del Tesoro de Estados Unidos, el único cargo desde el cual tendría el poder real para ejecutar el plan para bajar el dólar y aumentar los aranceles contra China.
La cuestión es cómo bajar el dólar. Existen algunos métodos pero que es poco probable que los ejecute Trump, como explica VisualPolitik, los cuales serían:
Bajar el tipo de interés base en Estados Unidos, que actualmente está en un nivel muy elevado no visto en décadas, del 5.25 al 5.50 por ciento, pero presionar a la Reserva Federal (Fed) para que lo disminuya podría desatar de nuevo la inflación en el país, perjudicando más de lo que ayudaría, por lo que descartan este plan de entrada.
Otro mecanismo sería buscar la austeridad fiscal y de la población, lograr que aumenten los ahorros para que los bancos bajen sus intereses al tener más dinero que puedan ofrecer, pero Estados Unidos tiene una de las peores tasas de ahorro del planeta, lo que lo hace poco posible.
La última opción que plantean y que es lo más posible es que Trump opte por repetir la estrategia que aplicó el presidente Ronald Reagan en 1985: pedir a otros países que vendan sus reservas en dólares bajo la amenaza de mayores aranceles.
Esto lo hizo EE.UU. en los 80s sobre todo por la presión de marcas nacionales que querían frenar la llegada de productos de Japón, y aunque lograron que el país asiático vendiera sus reservas, el déficit comercial empeoró para el país norteamericano.
Sin embargo este tercer camino es el más viable para Lighthizer, aunque los reportajes señalan que esto es muy complejo.
¿Y el súper peso?
El peso mexicano ha venido cayendo en el último par de semanas después de las elecciones por factores internos.
En lo que va de junio se ha desplomado 8.77%. El peso mexicano es la divisa que más ha caído este mes frente al dólar.
El motivo es el nerviosismo que genera en el mercado el Plan C, que incluye reformas como la judicial, con lo cual -según distintos analistas económicos- la 4T podría hacerse con el control del último poder que les falta: la Suprema Corte.
La victoria de Claudia Sheinbaum la esperaban los inversores de mercados
El peso había sido una de las monedas más beneficiadas del mundo en el último año, pero este mes de junio ha sido en detrimento.
Aunque de lograr que se estabilicen los mercados en México de divisas y de bolsa, el intento de Trump por devaluar el dólar ayudaría a la moneda mexicana a mantenerse, aunque está en duda qué tan efectivo pueda ser ese plan.
Las elecciones de EE.UU. son en noviembre, Trump es favorito en las encuestas para volver a la Presidencia y evitar la reelección de Joe Biden. El nuevo gobierno iniciará en enero del 2025, ya con Sheinbaum como presidenta de México.