Carlos Arturo Quintana –alias “El 80”–, líder del Cártel de Juárez en Namiquipa, Chihuahua, fue liberado por autoridades federales en Nuevo México por haber cooperado con las autoridades estadounidenses, señalan documentos judiciales en poder de El Diario de El Paso.

Tras ser deportado, se encuentra de vuelta en la Sierra de Chihuahua, donde habría retomado sus actividades de narcotráfico hace un mes, según dio a conocer el miércoles la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de Chihuahua.

“El 80” fue sentenciado el 21 de marzo de este año, en la Corte Federal de Albuquerque, Nuevo México, a 60 años de prisión por cruzar 100 kilogramos o más de mariguana a Estados Unidos, a pesar de contar con un largo historial delictivo binacional.

Al día siguiente de la condena, el fiscal federal por el Distrito de Nuevo México, Alexander Uballez, interpuso una moción ante la Corte federal de su estado solicitando que se le redujera la condena por haber cooperado con las autoridades de EU.

“El acusado ha asistido a las autoridades en la investigación de este caso al notificarles de manera puntual a las autoridades su intención de declararse culpable y permitiendo que el Gobierno y a la Corte asignar los recursos eficientemente”, señaló Uballez en el documento.

La solicitud del fiscal fue aprobada el 8 de abril por el juez federal James Browning, quien determinó disminuir en una categoría la gravedad del delito de “El 80”.

La sentencia estaba programada para cumplirse en la cárcel de baja seguridad “La Tuna”, ubicada en el Condado de El Paso, pero incluía la posibilidad de que el narcotraficante convicto fuera deportado a México y así evitar la prisión y la supervisión de cuatro años tras cumplir la condena de 60 años.

En los registros de La Tuna no aparece que Carlos Arturo Quintana haya estado en la penitenciaría en algún momento. Los documentos judiciales, empero, enfatizan la posibilidad de que “El 80” fuera deportado, por lo cual se notificaba a Inmigración y Control de Aduanas (ICE), así como a los U.S. Marshals para su eventual remoción del país.

 Leyenda con miedo y admiración

En las calles polvorientas de Namiquipa, las leyendas de Carlos Arturo Quintana, el Jefe de la Policía que fue también el capo del narcotráfico, se tejieron con hilos de miedo y admiración. Pero en las frías paredes de una prisión federal, su nombre se perdería entre los susurros del olvido, una sombra fugaz en el largo baile entre el bien y el mal.

Quintana, aunque no era uno de los narcotraficantes más famosos de México, había tejido una red delictiva que había sembrado terror en el estado norteño de Chihuahua durante más de una década. Conocido como “El 80”, su nombre estaba asociado a una larga lista de crímenes que habían estremecido la región. La Línea, la organización criminal con la que estaba vinculado, había formado una alianza con Rafael Caro Quintero, el legendario Jefe de jefes, en un intento desesperado por mantener su poderío criminal.

Sus acciones habían sido especialmente atroces, relacionadas con la masacre de la familia LeBaron y el asesinato de la periodista Miroslava Breach. Además, se le atribuía una campaña de intimidación contra otros comunicadores y el entonces gobernador Javier Corral. A pesar de ser señalado como “el principal generador de violencia en Chihuahua” por las autoridades federales, su arresto no se había producido hasta mayo de 2018, en la pequeña comunidad de Namiquipa.

Tras años de espera y presiones del gobierno estadounidense, Quintana fue finalmente extraditado a Nuevo México en agosto de 2022. Sin embargo, los cargos en su contra se limitaban únicamente al tráfico de mariguana, no a los numerosos crímenes que había perpetrado en México.

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