La situación se ha tornado muy delicada pues las presas Boquilla y Vírgenes, que sostienen la actividad agropecuaria, mantienen niveles muy bajos en pleno ciclo agrícola, el cual comenzó el 15 de marzo, estando por cumplirse dos de los cinco meses y medio que durará.
Hasta ayer miércoles 8 de mayo Boquilla almacenaba 833.4 millones de metros cúbicos (Mm3) al 29.28% de su capacidad, el año pasado en esta misma fecha tenía mil 939 millones.
Por su parte Las Vírgenes cuenta con 91.08 Mm3 al 27.32%, en el 2023 almacenaba 302.42 millones.
Según la información proporcionada por la Conagua, en noviembre del año pasado se captaron 11.5 milímetros; en diciembre no hubo precipitaciones, después ha habido lluvias inapreciables solo tres días; el 23 de enero, el 29 de febrero y el 21 de marzo; en abril, cuando son muy beneficiosas, tampoco hubo lluvias.
La tendencia no es favorable, pues en el 2022 se recibieron 192.5 milímetros, gracias a las precipitaciones inesperadas de agosto cuando se captaron 135.2; en el 2023 solo hubo 108.5 milímetros y en lo que va de este 2024 no se han contabilizado lluvias, solo tres días se presentaron de manera inapreciable.
La problemática de esta fuerte sequía también se refleja en lo lejos que hay de captar la precipitación histórica, que es de 290 milímetros anuales.