Esto asestó golpes a los esfuerzos de cese al fuego en El Cairo, mediados por Egipto y Qatar, después de que se informaran signos de avance. Israel no ha enviado una delegación, a diferencia de Hamas, y el Ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que «vemos señales de que Hamas no tiene intención de llegar a ningún acuerdo».
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu, bajo presión de los partidarios intransigentes de su Gobierno, siguió reduciendo las expectativas de un acuerdo de alto el fuego y calificó de «extremas» las demandas de Hamas, incluida la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y el fin de la guerra. Eso equivaldría a la rendición tras el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra, dijo Netanyahu.
En cambio, su Gobierno prometió nuevamente continuar con una operación militar en Rafah, la ciudad más al sur de Gaza en la frontera con Egipto, donde según Israel el grupo palestino tiene los batallones que le quedan, pero donde más de la mitad de los 2.3 millones de residentes de Gaza ahora buscan refugio de los ataques israelíes. Rafah es un punto de entrada clave para la ayuda.
Kerem Shalom, ahora cerrado, es otro. El Ejército israelí informó que se lanzaron 10 proyectiles contra el cruce y dijo que sus aviones de combate atacaron más tarde el lanzador. Hamas dijo que estuvo atacando a soldados israelíes en la zona. El Canal 12 de la televisión israelí dijo que 10 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad. No estaba claro cuánto tiempo estaría cerrado el cruce.
El ataque se produjo poco después de que el jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU afirmara que había una «hambruna en toda regla» en el norte de Gaza, gravemente afectado, una de las advertencias más destacadas hasta el momento sobre el costo de las restricciones a la entrada de alimentos y otro tipo de ayuda al territorio. Los comentarios no fueron una declaración formal de hambruna.
Las enormes necesidades humanitarias de Gaza aumentaron la presión sobre las conversaciones de alto el fuego. Funcionarios egipcios y de Hamas han dicho que el acuerdo que se está discutiendo exige una pausa prolongada en los combates a cambio de la liberación de los rehenes israelíes retenidos por Hamas. Pero las partes siguen en desacuerdo sobre si incluir el fin de la guerra y la retirada completa de las tropas israelíes de Gaza.
Netanyahu afirmó que Israel ha mostrado voluntad de hacer concesiones, pero dijo que «seguirá luchando hasta que se logren todos sus objetivos». Eso incluye aplastar a Hamas. Israel dice que debe apuntar a Rafah para atacar a los combatientes que quedan allí a pesar de las advertencias de Estados Unidos y otros sobre el peligro para los civiles.
«Nos defenderemos en todos los sentidos. Venceremos a nuestros enemigos y garantizaremos nuestra seguridad, en la Franja de Gaza, en la frontera libanesa, en todas partes», agregó Netanyahu, en declaraciones posteriores para el día conmemorativo anual del Holocausto en Israel.
El ataque transfronterizo de Hamas el 7 de octubre mató a unas mil 200 personas y tomó como rehenes a otras 250. Israel dice que los milicianos todavía retienen a unos 100 rehenes y los restos de unas 30 personas más. Netanyahu está bajo mucha presión de las familias de algunos rehenes para poner fin a la guerra y liberar a los rehenes.
La ofensiva aérea y terrestre de Israel ha matado a más de 34 mil 500 personas, según funcionarios de salud palestinos, que no diferencian entre civiles y combatientes, pero dicen que las mujeres y los niños constituyen la mayoría de los muertos.
Israel culpa a Hamas de las muertes de civiles, acusándolo de ocultarse en zonas residenciales y públicas. El Ejército israelí dice que ha matado a 13 mil milicianos, sin proporcionar pruebas que respalden esa afirmación.
También el domingo, el gabinete de Netanyahu aprobó una medida para cerrar el canal de noticias Al Jazeera de Qatar, acusándolo de transmitir incitación contra Israel. La decisión amenazó con perturbar aún más las conversaciones para un alto el fuego.