La semana pasada, Washington había anunciado nuevas medidas para los automóviles para acelerar el paso a los coches eléctricos.
Los camiones representan el 5 por ciento de los vehículos en las carreteras pero el 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte, la mayor fuente de emisiones del país.
La normativa anunciada este viernes se aplicará a los vehículos pesados (camiones, autobuses, etc.) fabricados entre 2027 y 2032.
Se trata de «las normas nacionales sobre emisiones de gases de efecto invernadero para vehículos pesados más estrictas de la historia», declaró en rueda de prensa Michael Regan, director de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés).
Cada fabricante elegirá qué tecnología adopta para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones fijados: vehículos híbridos, híbridos recargables, eléctricos o a hidrógeno.
En comparación con lo que se había previsto, las normas definitivas dan más tiempo a los fabricantes para aplicar estas tecnologías durante los primeros años.
El «objetivo para después de 2030 es completamente inalcanzable dado el estado actual de las tecnologías de emisiones cero» y «la falta de infraestructuras de recarga», criticó en un comunicado la American Trucking Associations (ATA).
El Instituto Estadounidense del Petróleo (API, por sus siglas en inglés), que representa a la industria petrolera, también señaló «importantes incertidumbres sobre las capacidades tecnológicas y de infraestructura» necesarias para cumplir estas normas, que «podrían amenazar la velocidad y el coste del transporte de mercancías».
Según la EPA, las nuevas normas deberían evitar la emisión de mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
«Los vehículos pesados son esenciales para el transporte de mercancías y servicios en todo el país», declaró Michael Regan. «También son importantes contribuyentes a la contaminación del sector del transporte, emisiones que alimentan el cambio climático y degradan la calidad del aire».
Según la EPA, unos 72 millones de personas, muchas de ellas de bajos ingresos, viven cerca de las carreteras utilizadas por los camiones para el transporte de mercancías.
El resultado de estas nuevas normas será «un aire más limpio y una mejor salud», afirmó entusiasmado Paul Billings, de la Asociación Estadounidense del Pulmón.
La EPA ya había anunciado anteriormente nuevas normas para hacer frente a las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) de los camiones, conocidas por causar asma y enfermedades respiratorias.
A pesar de la «implacable presión de la industria petrolera y el sector viario», estas nuevas normas «ayudarán a avanzar en la agenda para electrificar nuestros vehículos más grandes y contaminantes», afirmó Ben Jealous, de la organización ecologista Sierra Club.
De momento, los camiones eléctricos siguen siendo escasos. Según el Fondo de Defensa Medioambiental, desde 2020 se han puesto en circulación unos 13 mil en Estados Unidos, 10 mil de ellos solo en el último año, lo que supone un fuerte aumento.