La Coordinación de Salud Pública explicó que las quemaduras pueden presentarse desde ardor con coloración roja, hasta ampollas o manchas en algunas ocasiones dolorosas al tacto, que con el paso del tiempo y exposición al sol constante, pueden generar cáncer.
Señaló que de las 11 de la mañana a las cuatro de la tarde, los rayos ultravioleta se sienten con mayor intensidad, por lo que no se recomienda acudir a lugares abiertos al medio ambiente o exponerse directamente a la luz solar con “baños de sol” durante estos horarios.
Las quemaduras por exposición solar se clasifican en:
• Primer grado, cuando la zona se pone roja y da la sensación de ardor;
• Segundo grado, el daño atraviesa varias capas de la piel y además de dolor intenso se presentan ampollas.
Además, es importante que cuando se presenta una quemadura de segundo grado no es recomendable colocar remedios caseros para sanar y aliviar el dolor. Es preferible poner agua con mucho cuidado y cubrir con gasas estériles la zona, sin frotar, ya que la piel puede desprenderse; y acudir cuanto antes a solicitar atención médica.
La exposición directa y prolongada al sol en personas sin bloqueador causa envejecimiento prematuro de la piel, ya que ese tipo de luz adelgaza la capa llamada dermis. También se pierde el color natural y se suelen presentar arrugas prematuras en brazos y piernas, así como líneas de expresión en la cara.
Ante ello, es recomendable siempre utilizar bloqueador y aplicarlo cada cuatro horas para evitar que termine el efecto y quedar sin protección. Las cremas que contengan aromatizantes o sustancias agresivas como la lima o el limón son dañinas a la piel y generalmente ocasionan manchas color café conocidas como “paño” que son difíciles de quitar.
También es recomendable el uso de ropa clara y de algodón, además de sombrero y lentes con protector UV, que ayudan a evitar las molestas quemaduras.
Se exhorta a los derechohabientes a cuidar su salud utilizando protectores para la piel, y en caso de sufrir quemaduras solares, acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para que el médico los valore e indique el tratamiento a seguir.