“Si la violencia se apodera de las elecciones, vamos a estar en graves problemas”, aseguró Lorenzo Córdova Vianello, quien advierte que es necesaria la participación ciudadana.
Destacó que año con año la violencia ha crecido, en el año 2018 fueron 27 aspirantes asesinados, 2021 aumentó a 30 víctimas y en este proceso del 2024 van más de 12 candidatos.
Señaló que la violencia es la negación de la democracia y cuando se instala nos va a ir mal, “cuidemos mucho y asumamos que somos responsables de la actitud que podemos hacer».
Dijo que es preocupante cómo ha cambiado el modo de proceder el crimen organizado, históricamente era más fácil operar y dar recursos para espectaculares, eventos públicos. “Me preocupa más la intromisión del crimen en las campañas, antes era muy esporádico que llegará con la lista de los candidatos, el caso documentado de Valle de Bravo en 2021 donde una candidata se fue a encerrar a su casa y perdió la elección”.
Refirió que en las elecciones del 2021 se prendieron varios focos rojos, “la política de seguridad en el país es voltear para otros lados y eso significa que vamos a tener elecciones a ciegas”.
El exconsejero del INE mencionó que en 1994 fue un año muy violento donde la violencia se instaló en la política, debido a la instalación del EZLN y la muerte de Luis Donaldo Colosio, se registró una participación muy activa. “Digámosle no a la violencia, si la gente sale pasivamente a votar no habrá amenaza del crimen organizado que actúe”.
Destacó que la democracia significa que todos los que piensan distinto puedan convivir, “todos los regímenes autoritarios hacen de la ignorancia su esencia y de la violencia verbal y física en extremo su planteamiento. Hay que vencer la intolerancia con el diálogo”.
El especialista destacó que cuando una democracia muere, no sólo hay culpables sino responsables, lo que ha ocurrido en los últimos años es esperanzador, porque el día en que la gente ya no esté dispuesta a salir a defender sus instituciones y conquistas democráticas se habrá perdido la batalla.
Hizo hincapié en que los desafíos de cara a 2024 tienen que ver con el fortalecimiento y la cohesión interna del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y su capacidad para arbitrar adecuadamente un proceso con actores con una altísima deslealtad democrática.
Asimismo, lograr conducir el proceso electoral en un contexto de paz y de orden público, sin irrupción del crimen en los comicios. Y finalmente, la aceptación de resultados por parte de los contendientes y capacidad de las autoridades electorales (INE y TEPJF), para conducir un posible escenario postelectoral complejo.
Dar seguimiento a las decisiones relevantes del INE y del TEPJF, darles respaldo y crítica pública para garantizar imparcialidad y autonomía; “la ciudadanía tiene que crear un contexto de exigencia al desempeño de esas autoridades, porque apoyarlos no es darles cheques en blanco”.
Además de combatir el discurso del “fraude” con información y amplia explicación pública. “El único fraude es el discurso del fraude que mantiene el presidente”. Mencionó que finalmente, promover la participación ciudadana en las elecciones y su involucramiento en el proceso electoral.
Si las tendencias de participación ciudadana se mantienen en el 2024, es probable que la participación a nivel nacional en la elección presidencial oscile entre el 64 y 65 por ciento, un nivel de participación comparable con las comunidades europeas.